Un triple de LeBron James tumba a los Warriors y mete a los Lakers en playoffs

Las expectativas estaban por las nubes y aun así no fueron excesivas. Lakers y Warriors ofrecieron un magnífico espectáculo en el Staples en un choque que se llevaron los angelinos por 103-100, lo que les asegura la séptima posición del Oeste y un cruce ante los Suns en primera ronda de playoffs. Los de Kerr, por su parte, volverán a verse las caras con los Grizzlies por el octavo puesto, y esta vez sí, the winner takes it all.

El cuadro de Frank Vogel fue claramente de menos a más en el partido, y tras una primera parte con muchos problemas que se saldó con 42-55 en su contra, consiguió rehacerse y tomar las riendas con el paso de los minutos. No obstante, Golden State nunca dio su brazo a torcer, y, liderados por un Curry sensacional que logró encontrar apoyos puntuales en sus compañeros, llegó al último minuto con el partido empatado a 100. Fue entonces cuando LeBron James volvió a hacer de las suyas.

El triple del tuerto

Tras una posesión un tanto accidentada y poco efectiva, el de Akron recibió el balón a unos nueve metros con el reloj de posesión expirando. No le quedaba otra que lanzar, y lo que parecía un tiro a la desesperada acabó entrando y convirtiéndose en la canasta que decidió el duelo. Pese a que quedaba casi un minuto por jugarse, ningún equipo volvió a anotar, y, después de Jordan Poole errase un triple y que Curry no lograse recibir para buscar otro, los angelinos pudieron celebrar su clasificación para la postemporada.

Pocos minutos antes, LeBron había recibido un golpe de Draymond Green en el ojo en un intento de penetrar a canasta, lo que, según confesó, le impidió ver correctamente mientras lanzaba. Sin embargo, en vista del resultado, esto no pareció afectarle demasiado: «Después de que Green me metiera el dedo en el ojo, veía tres aros. Decidí tirar al que estaba en medio» afirmó.

Al margen del triple ganador, James terminó con un triple-doble de 22 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias, y fue el gran responsable de la mejora de los suyos en el partido. Tras irse con solo 6 tantos al descanso, el alero dio un paso adelante en los últimos minutos del tercer cuarto y durante el último, aportando a los suyos un plus de energía y de control más que necesario. En este sentido también fue fundamental Alex Caruso, cuya defensa sobre Curry y capacidad de tomar decisiones con velocidad en ataque resolvió varias situaciones complicadas en el tramo final.

Green, dominante desde la defensa

Con todo, el máximo anotador de los Lakers fue Anthony Davis con 25 puntos, aunque el ala-pívot tuvo muchos problemas a lo largo de toda la noche para lidiar con la defensa de Draymond Green. El de los Warriors firmó un absoluto recital de cómo contrarrestar el poderío en la zona de La Ceja, que no pudo entrar en partido hasta que sus tiros de media y larga distancia comenzaron a entrar. De hecho, la gran mayoría de sus canastas en la pintura llegaron cuando Green salía a alguna ayuda o cuando se producía un cambio de asignación, pues la lucha e inteligencia de Draymond le impidieron recibir siquiera en muchas ocasiones.

En este sentido, ayudó que Vogel renunciase a dar minutos a Drummond y apostase definitivamente por AD como center, lo que abrió espacios e impidió una defensa tan férrea. En general, el técnico fue prescindiendo de varios hombres y acortando la rotación a medida que el choque se complicada, y de hecho jugadores como Montrezl Harrell o Talen Horton-Tucker ni siquiera pisaron el parqué en la segunda mitad.

20 pérdidas

Si Green mantuvo vivos a los Warriors atrás, Stephen Curry se encargó de hacerlo en el otro lado de la cancha. Con 37 puntos, el base terminó claramente como máximo anotador del partido, y lo hizo a pesar de la asfixiante defensa angelina, que buscó sacar el balón de sus manos todo lo posible y, a ratos, lo consiguió. No obstante, ni así pudieron contener su increíble talento para anotar desde fuera, pues Steph logró encestar 6 de los 9 triples que intentó, muchos de ellos de forma absolutamente irreal.

Lo que empañó la gran actuación del base fueron sus 6 pérdidas de balón, un aspecto en que Golden State tuvo serios problemas, pues cometió un total de 20. En concreto, el tercer cuarto fue calamitoso en este sentido, pues perdieron la posesión hasta en ocho ocasiones en él, lo que les impidió construir una ventaja más sólida a pesar de encontrarse en uno de sus mejores momentos del encuentro. Los de Kerr llegaron a mandar por 60-72 en este periodo y parecían amenazar con romper el choque, pero su incapacidad para cuidar el esférico hizo imposible que construyeran un momentum y se escaparan de forma definitiva.

Los californianos contarán con su segunda y última oportunidad de clasificarse para playoffs el próximo viernes, cuando se medirán a Memphis en el Chase Center en una reedición del duelo con el que cerraron la temporada regular. Si ganan, esperan los Utah Jazz. Si no lo hacen, la temporada 20-21 habrá llegado a su fin para ellos.

(Fotografía de portada: Kevork Djansezian/Getty Images)


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