El pasado noviembre ESPN publicó un artículo que recogía los testimonios de más de 70 trabajadores de los Phoenix Suns en los últimos 17 años. En él se recogían una plétora de episodios que apuntaban a Robert Sarver, dueño de la franquicia, como el precursor de una cultura laboral tóxica. Sobre todo por sus presuntos dejes racistas y misóginos. La NBA comenzó entonces una investigación sobre Sarver y los Suns que el pasado marzo se dijo estaba encarando su recta final. Con los resultados del proceso aún sin anunciar, ESPN vuelve a publicar un texto reportando la dimisión de una trabajadora el pasado mayo en la que alude a la toxicidad laboral y la misoginia mencionadas.
Melissa Fender Panagiotakopoulos asegura en su carta de dimisión haber sido objeto de acoso y represalias por haber señalado sus preocupaciones con este tipo de conductas. Llevaba trabajando en la franquicia desde agosto de 2007, poco después de la llegada de Sarver. En el escrito no figura el nombre del dueño ni el de ningún otro empleado en tono incriminatorio. Ella misma asegura que sus quejas tenían la única motivación de instar un cambio que creía realmente posible. Melissa envió el correo a todos los inversores que ella creía que podían llevar a cabo este cambio.
En 2014 tomó el cargo de manager en experiencias premium, que la situaba como responsable de gestionar a los aficionados más adinerados de la franquicia. Entre sus denuncias apunta a la desigualdad de género en temas como la escala salarial o la dispar flexibilidad concedida a trabajadores y trabajadoras. Panagiotakopoulos ya redactó una serie de quejas el pasado 10 de noviembre, a partir de las cuales comenzó a sentir presión por parte de sus superiores. La excluyeron de cenas con clientes y todos sus movimientos dentro de la empresa comenzaron a sufrir un severo escrutinio. «Mi trabajo se volvió más tóxico e intolerable que nunca» zanja en su despedida.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)