Unos descansados Celtics pueden con los dignos 76ers

La vida es bien diferente sin Joel Embiid. The Process todavía no tiene la autorización para jugar dos partidos seguidos, dos noches consecutivas. Y sin el permiso de los doctores para ello, con todas las precauciones posibles dispuestas sobre la mesa, Philadelphia volvía a afrontar un back to back sin uno de sus mejores hombres. Incluso así, incluso también sin T.J. McConnell, baja por molestias en el hombro, los de Brett Brown plantearon batalla en el TD Garden, pero cayeron contra los Celtics (108-97).

Boston vivió algo a lo que no había estado acostumbrado este curso, como es el hecho de encontrarse más descansado que su rival. Los 76ers, inmersos en ese citado back to back, frente a unos Celtics que no jugaban desde la derrota de lunes ante los Pistons y que habían logrado llevar a cabo un entrenamiento completo después de casi un mes con un calendario extenuante. Ese era el panorama.

Siempre a remolque de los impulsos de los locales, bien dirigidos por Kyrie Irving y suplementados por reservas como Marcus Smart o Marcus Morris, los visitantes Sixers tuvieron en Dario Saric y en el omnipresente Ben Simmons a sus dos baluartes de la resistencia. El croata firmó 18 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias, mientras que el rookie aportó de todo: 15 tantos, 6 rebotes, 7 pases de canasta y 5 robos.

Vida en el tercer cuarto

Un triple de Timothé Luwawu-Cabarrot en la última parte del tercer cuarto ponía por delante a los Sixers (65-66) y cerraba un parcial de 2-11 para Philadelphia que dio vida a los visitantes y esperanzas de conquistar la segunda victoria en 24 horas. Sin embargo, Boston respondió con un 9-0 de parcial para demostrar que por algo es el dueño del Este, que por algo lideran la Conferencia y que por algo iban a terminar la velada con 19-4 de récord, el mejor de toda la liga.

A los hombros de un Irving experto en las lides del último cuarto, el remate de Boston llegó en este asalto. El tardío despertar de Robert Covington, que pasó de 0/6 en triples a un mejor 3/10, el empuje puntual de J.J. Redick y la insistencia de Simmons, de Amir Johnson o de Saric alargaron un poco más lo inevitable, que no era más que otro triunfo de Boston, otra noche grande Irving (36 tantos) y de Al Horford, certero para cerrar con su acierto el encuentro.

Con dos segundos por disputarse, Brad Stevens y Brett Brown hablaban animosamente en la mitad de la pista. No dio la sensación de que los Sixers salieran demasiado malparados de esta afrenta. Reservaron piezas y plantaron cara a la bestia del Este. Para un equipo que no hace demasiado penaba por la liga, entrar en diciembre en puestos de playoffs y con sensaciones estupendas es la mejor de las noticias.


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