Unos Thunder casi perfectos arrasan en su visita a Cleveland con 148 puntos

Puede ser que enfrentados en la Final por el anillo nunca los lleguemos a ver. Aunque si unos son capaces de rendir en playoffs al nivel de esta misma noche y en Cleveland hacen su papel habitual en el Este, quien sabe… Pero debemos informar que el Big Three de OKC ya está aquí, y que el resto de los Thunder los acompañan en formación pretoriana.

Rockets, Warriors, Spurs… haced sitio al cuarto.

De poder a poder

El de esta noche era un partido importante para medir fuerzas. Ambos equipos contaban con todos sus efectivos, el Quicken Loans Arena rebosaba hasta los topes, LeBron con los 30.000 puntos al alcance de su mano, y dos franquicias con la necesidad de reinvidicarse ante el mundo escéptico. No era una noche para dejarse llevar, y el asalto se lo llevaron los visitantes por soberana paliza (148-124).

Desafortunadamente, el full package duró un suspiro. Kevin Love tuvo que retirarse a los tres minutos del primer balón al aire por sentirse indispuesto, ocupando Tristan Thompson su lugar.

Big Three + Adams

De los Thunder hay que resaltar dos cosas en este encuentro: su Big Three, y su extraordinaria defensa; y resulta complicado convencer de lo segundo cuando han encajado 124 puntos, siendo su media de la temporada de tantos recibidos 100,8. Pero así fue. Porque en los momentos calientes, cuando los Cavaliers amenazaron con cualquier conato de remontada, los de Billy Donovan apretaron filas y se convirtieron en un muro casi infranqueable: los punteos se convertían en acosadores de callejón y los intentos de tapón emergían de todas partes.

La franquicia de Oklahoma City comenzó como le gusta, explotando el pick&roll entre Russell Westbrook y Steve Adams. Es su carta de presentación en casi cada partido. Puntos rápidos en transiciones veloces y certeras. A esta asociación pronto se unieron los demás, y el huracán estalló sin que los espectadores tuvieran tiempo de percatarse de que amenazaba borrasca. No habían transcurrido ni ocho minutos, y los Thunder ya ganaban de veinte (40-20).

El Big Three funcionó por fin como nunca hasta ahora. Anotó el 60% de los puntos de su equipo (88), y el máximo anotador fue Paul George; aquel que hace tres años estaba llamado a ser el relevo de LeBron James, y que hoy gritó muy alto que entre los top forward vuelve a estar su nombre. George se fue hasta los 36 puntos y 7 rebotes, con un carro de tiro sensacional: 12/19 en tiros de campo y 5/11 en triples.

A su vera estuvo Carmelo Anthony, y es que continúa siendo una delicia verlo cuando su muñeca entra en calor y desde que se alza en suspensión el pabellón entero ya intuye el desenlace. Cada vez más atípicas, más irregulares, esta fue una de esas noches que tanto necesita Melo, quien arranca el 2018 con buen pie y empieza a sentirse cómodo en su nuevo rol. El neoyorkino cerró la noche con un doble-doble de 29 puntos y 10 rebotes con un 11/19. Su jump shot fue oro, y con su porfía bajo los aros recordó a ratos a aquel imberbe con rastas de los Nuggets.

Y toda esta orquesta la dirigió a las mil maravillas un Russell Westbrook que no firmó el triple-doble porque le faltó un rebote, pero le sobró, en el mejor de los sentidos, todo lo demás. La hoja estadística de West dice 23 puntos, 9 rebotes y la friolera de 20 asistencias. El point guard saltó al parque más consciente que nunca de lo mucho que intimidan su presencia y que las defensas dobles liberan a sus compañeros. Y así fue, jugada tras jugada, penetración tras penetración; pase doblado y ¡chof!

A la fiesta se unieron todos. Adams, equilibrio puro junto a la terna de estrellas, sumó 25 puntos (brutal 12 de 13 en tiros) y 10 rebotes. El solitario moustache brother es el máximo reboteador ofensivo de la NBA y no quiso dejar pasar la oportunidad de recordarlo. De sus 10 capturas, 5 fueron en ataque. Ello anima a quienes le acompañan a ser más agresivos, sabedores de que hay un imán con casaca azul en la pintura, semilla de segundas oportunidades.

La rotación la manejó Donovan de manera excelente, manteniendo siempre a un miembro del Big Three en pista y rondeándolo de piezas que no parecieron secundarias. Raymond Felton estuvo calmo dirigiendo el juego y osado mirando al hierro; Patterson enchufó sus dos triples desde las esquinas y regaló buenas acciones defensivas, y Terrence Ferguson nos dejó 9 puntos y el mate de la velada.

LeBron, superado

En los Cavs las noticias fueron de tipo individual. LeBron James se quedó sin alcanzar los 30.000 puntos. Al empezar la noche le faltaban 25; ahora solo siete. El Rey no paró de intentarlo durante todo el encuentro, pluriempleándose a cada acción pero superado por la inspiración vírica del rival. Noche numéricamente timorata de James, con 18 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias. Tyronn Lue lo sentó cuando faltaban seis minutos y sus Cavs perdían de 25.

Desde Stat Muse revelan una estadística para reflexionar. LeBron acumula tres partidos esta temporada con un +/- que supera el 30 negativo (-33 hoy). La misma cantidad de encuentros de esta índole que había tenido en los últimos cinco años.

Signos de vida exterior

Las dos noticias siguientes son, sorprendentemente, positivas. El backcourt de Ohio vuelve a florecer. En la derrota se vio la mejor cara ofensiva de Isaiah Thomas y Derrick Rose. El primero, con 24 puntos y 4 asistencias, fue creciendo en confianza con el paso de los minutos y su brazo volvió a atinar desde el triple, con 4/8. También se le pudo ver más confiado en sus cortes a canasta, y fuerte en la finalización.

Y Rose, tobillo y rodilla en orden, dejó acciones que, por instantes, nos tentaron con susurrar el «too big, to strong…». Su insultante dominio del cuerpo en el aire ante defensores el doble de corpulentos que él, deteniendo el tiempo y logrando el and one. Rose concluyó con 12 puntos en 21 minutos y da visos de que puede comandar la anotación de la segunda unidad si el físico le aguanta.

La principal tara de los Cavs estuvo en la circulación; inexistente y torpe. Con James tratando de delegar, quedó claro que Thomas y Rose aún están lejos de entenderse y la voluntariedad no basta. El perímetro se perdía en el movimiento anárquico, y de hecho sólo recuperaba cierto pace cuando Wade tomaba los mandos y el bote del balón. Quizás Lue debería recordar su poder ad hoc, y dar a su tercer base, José Manuel Calderón, algo más que el garbage time.

Dominio a placer; ¿mercado?

Primera parte apasionante que embocó los vestuarios con un 76-60, como invitando a la esperanza de rebelión local. Sin embargo los 24 minutos siguientes se desnudaron como una gestión perfecta de la renta de los Thunder, aumentándola estos a placer y dejando al rival un regusto de extraña inferioridad al final del encuentro.

Así pues, lo más destacado de la segunda mitad fue el interesante acierto de Jae Crowder (17 puntos), los cuatro tiros libres fallados por Roberson (airball incluido) en menos de tres segundos, unos árbitros pejigueros que pitaron unos pasos de salida a Wade y dobles a Felton por envolver demasiado el bote, y tener el tiempo suficiente ante un choque resuelto para acudir el calendario, buscar un día en concreto y comprobar que, muy pronto, el 14 de febrero, tendremos la primera de las revanchas.

Otra fecha clave apenas una semana antes. El 8 febrero, deadline del mercado. Y los Cavs, tras lo visto hoy, parece que tendrán que visitarlo y procurar no salir con las manos vacías.

No obstante, Lue avisa: «Me gusta el grupo que tengo».


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