Desde Stockton y Malone vestidos y reinando de corto, que Salt Lake City no estaba tan en boca de todos si de lo que correspondía hablar era de baloncesto. Pero vuelven a ser noticia y copar portadas.
Tienen en sus filas al vigente DPOY, logran traspasos importantes como el de Mike Conley, José Sáenz de Tejada los sitúa como líderes del Oeste en RS (enfermo al cubo), y acaban de agenciarse el All-Star del año 2023. Utah vuelve a embriagarse de atmósfera cálida de los noventa.
A principios del año, Steve Starks, presidente de los Jazz, anunciaba que en su tierra volvían a sentirse con hambre del fin de semana de las estrellas, y que si bien barajaban presentar su candidatura tanto para los años 2022 como 2023, este segundo era más atractivo por una razón numérica. «Nos gusta 2023 porque habrían pasado justo 30 años desde que lo hospedamos y nos gusta la simetría que implica. Hemos estado trabajando con la liga para hacer este evento posible, así que estamos ansiosos porque así sea tras las inversiones hechas en nuestras instalaciones”, explicó entonces.
Pues la deseada simetría (ya que además Cleveland se agenció el de 2022) tendrá lugar.
Ciudad con linaje propio
La NBA ha anunciado en la tarde de hoy que Salt Lake City acogerá la 72º edición del All-Star Game y que será, como no podía ser de otro modo, en el Vivint Smart Home Arena, hogar de los Jazz. El evento ocurrirá, como suele ser habitual, en la tercera semana de febrero, siendo el domingo 19 el día en que los mejores jugadores de cada conferencia se enfrenten en un duelo 20% baloncesto, 80% show y 0% (para nuestra desgracia) defensa.
El anuncio ha corrido a cargo de Adam Silver, Comisionado de la NBA, en una conferencia de prensa celebrada en las tripas mismas del pabellón que se vestirá de anfitrión dentro de tres años y medio.
«Con una gran tradición baloncestística, Salt Lake City ha demostrado ser un destino de clase mundial para eventos y competiciones a gran escala», protocolarias pero igualmente ciertas palabras de Silver.
«El regreso del All-Star Game a Salt Lake City es un tremendo honor y una oportunidad para darle nuevamente la bienvenida a la familia NBA», ha dicho Larry H. Miller, dueño de la franquicia. «La memoria de John Stockton y Karl Malone, quienes compartieron MVP [del All-Star Game] hace 30 años, permanece intacta. Estamos emocionados por generar nuevos recuerdos para esta generación de aficionados en un lugar que tanto ama el baloncesto».
Por su parte, Stark quiso poner el ojo en los 125 millones que ha costado a la franquicia traer su pabellón al siglo XXI en su versión más vanguardista, además de ofrecer el resto de instalaciones con que cuenta la ciudad para comodidad y disfrute de todos los que asistan al evento.
(Mucho) más que un partido
Como es tradición, el fin de semana de las estrellas revienta las fronteras de lo meramente deportivo para convertirse en una fiesta de carácter prioritariamente social y educativo a nivel local. La liga, aprovechando la tremenda afluencia y tráfico de masas, pone en marcha una agenda plagada de eventos ideados en su departamento de NBA Cares, todos girando en torno a actividades que tengan la diversidad y la inclusión sus ejes centrales. Actos organizados de manera conjunta con colegios de la ciudad, asociaciones sin ánimo de lucro a nivel nacional… todo en búsqueda de hacer de ese fin de semana, tres días únicos tanto para mayores como (y sobre todo) pequeños.
Si nada cambia ni Xi Jinping extiende sus hilos más allá de sus fronteras, la TNT será la encargada de televisar el evento en prime time por veintiún año consecutivo, haciendo que su grupo, Turner Sports, alcance la cifra de 38 años ininterrumpidos de fiel cobertura.
El encuentro será retransmitido a lo largo y ancho del globo, sintonizando con hasta 215 países y retransmitido y comentado en 40 lenguas diferentes.
(Fotografía de portada de Ronald Martinez/Getty Images)