«Veo flashbacks a veces. En ocasiones, cuando miro este lugar, puedo recordar exactamente dónde pasó todo».
El principio del fin de Ron Artest tuvo lugar un 19 de noviembre de 2004. Desde entonces, se empezarían a dibujar los primeros bocetos que siete años después desembocarían en un nuevo nombre. Nacía Metta World Peace. Un seudónimo que cobraba relevancia legal, para tratar de borrar una fama y un legado que, sin embargo, perseguirían al mejor amigo de los osos panda hasta el día de hoy.
Pues lo que ocurrió aquella noche en el Palace de Auburn Hills, no es algo que desaparezca de nuestras memorias en apenas un puñado de años.
Posiblemente la pelea más larga, más fiera, con más implicados y con mayores consecuencias y vídeos que ya son cortometrajes de culto, en la historia de la NBA. Ayer los Lakers visitaron por última vez esta temporada la casa de los Detroit Pistons. Y será la última vez que World Peace ponga un pie como jugador en el Palace; no porque se retire al término de este curso, que podría ser, sino porque el año que viene, los de la Motown se mudan de pabellón.
Hakuna matata
«Ahora es diferente», rememoraba justo antes del encuentro el jugador de L.A. «Me gusta de hecho hacer constantemente bromas sobre ello. Ahora no puedo sino reírme de ello. No hay otra cosa que pueda hacer». De hecho, World Peace tiene incluso buenas palabras para un lugar que lo redefinió y estigmatizó como jugador y como persona. «Gran pabellón, grandes aficionados. Sé que ha habido muchas guerras aquí. [Contra los Pistons] he tenido los partidos más duros de toda mi carrera».
World Peace, a la edad de 37 años, es un jugador que apenas cuenta para Luke Walton. 18 partidos disputados lleva. Su misión estaba clara esta temporada. Usar su férreo carácter de una manera no tan férrea como aquel otoño de 2004, pero sí lo suficiente como para esparcir ese gen de disciplina y garra que tanta falta hace a la joven y prometedora plantilla de la que, aún vestido de corto, forma parte.
Los Pistons, por cierto, ganaron anoche 121-102 a los Lakers. Artest… World Peace no saltó a la madera. Final feliz y sin contratiempos en The Palace.