Chicago recibía a Golden State con el deseo de resarcirse de la dolorosa derrota sufrida ante Brooklyn, pero no solo no lo consiguieron, sigo que además se encontraron con el susto de ver a una de sus estrellas, Zach LaVine, abandonar la cancha poco después de comenzar el partido por una lesión en la rodilla izquierda.
El jugador All-Star de los Bulls solo estuvo sobre el parqué cuatro minutos. Según explicó Billy Donovan tras el encuentro, LaVine sintió cierta incomodidad en su articulación al ir a la pelea por un rebote ofensivo. Quiso seguir jugando, pero al no remitir las molestias se optó por la cautela y abandonó la pista cuando aún restaban 8:24 para la conclusión del primer cuarto.
Sobre el alcance de la lesión, el head coach de los Bulls adelantó que el guard no viajaría a Boston para enfrentarse a los Celtics y que tiene programada una resonancia magnética para detectar con exactitud cuál es el problema.«La resonancia magnética dirá mucho una vez se le haga. No voy a sentarme aquí y especular sobre si hay que estar más o menos preocupado», recalca.
Sin llegar a asegurar nada, Adrian Wojnarowski de ESPN adelanta que en la organización de Illinois hay confianza en que no se trata de una dolencia de gravedad. Esa impresión se basa en parte en que el jugador simplemente sintió incomodidad.
Aunque quede en un susto –es lo que parece en estos momentos–, es imposible no recordar el desgarro que sufrió LaVine en febrero de 2017 en el ligamento cruzado anterior de la misma rodilla. Aquella lesión supuso el fin de su temporada meses antes de firmar con Chicago, equipo con el que debutaría en enero de 2018; es decir, 11 meses después.
Volviendo a la actualidad, la baja de LaVine supuso un golpe definitivo para los Bulls ante los Warriors. Al descanso perdían 47-78 e incluso se escucharon abucheos en el United Center. La situación no mejoró al final del choque, cuando el electrónico reflejaba un 96-138 en la que es la peor derrota de Chicago en lo que va de curso.
(Fotografía de Stacy Revere/Getty Images)