Zion Williamson sufrió una torcedura en uno de sus dedos durante la victoria de su equipo el lunes pasado ante Boston Celtics. Antes de las primeras pruebas, los Pelicans temían que se tratase de una lesión más seria, pero tras el examen, descartaron cualquier gravedad. Fuentes cercanas incluso insinuaban que podría no perderse ningún partido, pero finalmente no ha sido así. Williamson no jugó ni un minuto en la derrota de anoche ante Orlando Magic, y causa seria duda para el partido de esta misma noche ante Atlanta Hawks.
En todo caso, únicamente son precauciones. Cada vez que Zion tiene problemas físicos, saltan las alarmas alrededor de un jugador que solo pudo disputar 24 encuentros en su primera temporada en la NBA. Este contratiempo, además, coincide con el mejor momento de la temporada para la joven estrella.
Después de haber sido All-Star por primera vez en su carrera Zion promedia 29 puntos en sus últimos diez partidos, acumulando tan solo 31 minutos por noche y llevando a su equipo a un 6-4 que les mantiene vivos en la apretada lucha por el play-in de la Conferencia Oeste —ahora mismo están duodécimos a dos partidos de los Grizzlies, que marcan el corte—.
Aún no hay nada oficial, pero lo más seguro es que esté listo para jugar el domingo contra Houston Rockets, siempre y cuando no lo haga hoy mismo.
(Fotografía de portada de Maddie Meyer/Getty Images)