Bam Adebayo ha sido uno de los nombres propios de esta offseason. El pívot de los Miami Heat ha sido vital en el éxito de su equipo esta temporada, lo que le ha valido para lograr el contrato más importante de su corta carrera. Los de Florida le han dado un máximo al jugador de origen nigeriano en vistas a su gran potencial y a su excelente rendimiento inmediato. Una firma que extiende por cinco temporadas su relación con su actual equipo a un precio superior a los 160 millones de dólares.
Un precio excesivo para un jugador que apenas tiene 23 años, y más sabiendo el historial de despilfarros que han tenido muchos deportistas de éxito precoz. No obstante, Bam es un tipo diferente, y ha hecho el mejor uso posible de su nuevo contrato. Adebayo le ha regalado a su madre una casa por su 56º cumpleaños, con la que pasó gran parte de su infancia viviendo en una caravana. Los orígenes humildes de diferentes jugadores NBA están marcando esta nueva generación de una muy buena forma, ya que se está viendo a un colectivo mucho más integrado en labores sociales y consciente de todo lo positivo y lo negativo que puede aportar la fama y el dinero.
«Mi mamá nunca tuvo nada que pudiera llamar suyo. Crecer y poder hacer algo diferente con el baloncesto y ser un jugador especial, eso fue algo que siempre tuve en mi mente, siempre quise hacer. Y tener la oportunidad de hacerlo por mi mamá es una experiencia increíble», agregó el de Nueva Jersey en una rueda de prensa virtual tras lo sucedido. Pero todavía quedaba lo más emotivo, las palabras de Adebayo describiendo que sintió al ver a su madre recibir semejante regalo. «El momento en el que vi su rostro tras ver su casa nueva no tuvo precio. Mi madre nunca tuvo nada. Verla pasar por todo lo que pasó y finalmente tener un descanso y poder decir que es dueña de eso fue muy importante».
(Fotografía de portada de Jonathan Bachman/Getty Images)