Érase una vez un juego, y en estas líneas verás como un deporte cambió debido a un hombre que vino desde el otro lado del mar, desde una tierra extranjera, de más de siete pies de altura. Y lo hizo para quedarse. Y una vez el balón tocó esas manos, nada volvió a ser igual…
Nike ha puesto la creatividad y el montaje, y Steve Nash su voz. Entre ambos, un broche de despedida (otro más) de dos minutos de duración que perdurará para siempre.
Nash narra en clave Feudal la oda de un hombre blanco adelantado a su tiempo. Un hombre de un país lejano que se aventuró en un mundo hostil que no estaba preparado para lo que, con él, iba a desembarcar.
Dirk Nowitzki llegó, sudó, perdió… y finalmente ganó.
Because all dreams are crazy until you make them true.