El de esta noche puede ser el último partido de LeBron James con la camiseta de los Cavaliers. Aunque aún no se ha pronunciado ni lo hará hasta que concluya la temporada, los rumores sobre su próximo destino llevan un año disparados con una corta lista de equipos en la que se incluye a Los Angeles Lakers, Philadelphia 76ers y Houston Rockets además de los propios Cavs. LeBron, siempre concentrado en el presente, solo se pronunció para asegurar que no tenía franquicias preferidas para dar el siguiente paso de su carrera. Quizás sea así, pero no por ello deja de encajar más en unos sitios que en otros.
Y en Houston podría tener todo lo desea. Es un conjunto hecho y capaz de plantar cara a los actuales Warrios; y por si fuese poco, allí juega uno de sus mejores amigos, Chris Paul. Dando por hecho que el base renovará con los de Texas, no sería ninguna sorpresa que El Rey viese con buenos ojos acompañarlo en las campañas venideras. Sin embargo, ese escenario idílico chocaría con la realidad que se cocina a la sombra.
Ya no hablamos de los malabares económicos que debería hacer Houston para unir a James Harden, Chris Paul, Clint Capela y James, sino de que por ahora ni siquiera estaría esa opción en el tablero. Así, según fuentes de Chris Haynes de ESPN, la posibilidad de ver a LeBron jugando con la camiseta de los Rockets no es realista.
¿Otros objetivos?
No se trata de nada que no imagináramos. Empezando por las vicisitudes económicas, conseguir ver a El Rey peleando en el Oeste con los de Texas suena a utopía. CP3 no piensa renunciar al máximo y Clint Capela apunta a conseguir lo mismo. Entonces… Parece que la única opción para hacerse con James pasaría por un sign-and-trade. Pero, ¿y si los Rockets prefieren a otro jugador? Eso es justo lo que dejaba entrever hace horas Adrian Wojnarowski de ESPN, quien señalaba que Houston pujará fuerte por Paul George. Se avecina una agencia libre emocionante.