Menuda torsión de acontecimientos con Kyrie Irving en los Boston Celtics. El base y líder de los verdes la pasada temporada dio la bienvenida al curso 2018-19 hasta animándose con un discurso en pleno TD Garden: entre otras cosas, Irving vino a decir que su compromiso con la causa era total y que se verían las caras por muchos años más; la alianza sería por bastante más tiempo y con el objetivo de volver a fabricar un equipo campeón. Solo cinco meses y medio después, sin embargo, en su cabeza el argumento había mutado de manera inimaginable.
Danny Ainge tuvo la sensación de que Irving se marcharía mucho antes de que el base tomase la decisión. Fue allá por el mes de marzo, cuando el presidente de Boston se percató de que tenía que enfocar la continuidad del proyecto desde otro prisma, según pudo hacerse eco el periodista Chris Forsberg (CBS Boston).
«Creo que ya tenía una idea bastante aproximada de todo en marzo o abril. No era algo que supiera con exactitud, no del todo cierto. Pero claro que yo estuve pensando en un movimiento en una dirección diferente, pensando en diferentes opciones», reveló este miércoles Danny Ainge sobre el momento en el que se enteró que perdería a Irving.
Tanto se puso a imaginar Ainge escenarios nuevos que por el camino también se quedó sin Al Horford, que aceptó la millonaria llamada de Philadelphia. A cambio, para restañar las heridas, los Celtics han podido hacerse con Kemba Walker, uno de los agentes libres más solicitados del mercado 2019, y con Enes Kanter, de los contratos más rentables que se han podido firmar este verano.
(Fotografía de portada: Jonathan Daniel/Getty Images)