‘Crónica de una muerte anunciada’. Como ya escribió Gabriel García Márquez, ver a los Phoenix Suns estrellándose como lo han hecho en los playoffs de 2024 es algo que se llevaba atisbando meses, y sí, los Minnesota Timberwolves lo han certificado con un sonrojante 4-0.
En verano, tras conocerse la llegada de Bradley Beal al equipo, rápidamente se habló del Big Three que habían formado los de Arizona junto a Kevin Durant y Devin Booker. Parecía que sería un equipo de ensueño, uno cuya única meta era el anillo de la NBA; sin embargo, empezaron a surgir dudas al ver que rodearles adecuadamente era imposible, y estas se confirmaron en cuanto saltaron a la cancha y saltaron las costuras.
Así han vivido desde octubre. Con algún problema físico por el camino y casi ningún momento de brillo, han ido siempre con el agua al cuello hasta que esta les has dejado sin respiración. De los cuatro partidos ante los Wolves en tres no tuvieron opción alguna. Ha sido una debacle, una que además apunta a dejar el proyecto tambaleándose y sin solución aparente.
Más allá de la situación salarial –tan mala como el nulo futuro que tienen en el draft–, la poca química entre sus estrellas apunta a condenarles. Nada más concluir el Game 4, Shams Charania de The Athletic ha asegurado que Kevin Durant está descontento. Cuando llegó a Phoenix imaginaba una cosa que poco tiene que ver con su papel en ataque junto a Booker y Beal. Para ser exactos, el ganador de dos campeonatos entiende que le relegan a la esquina con demasiada frecuencia y que no cuenta con jugadas diseñadas que se adecuen a sus características para aprovechar sus puntos fuertes.
Sin entrar a valorar el trabajo de Frank Vogel, quien es un técnico especializado en defensa que no contaba con piezas para trabajar en tal dirección, sí es cierto que la fluidez no ha existido en momento alguno en la ofensiva de los Suns. Sin un base, desde hace tiempo se vendió que tal rol estaba destinado a Beal, pero éste ha hecho aguas a la vez que el equipo se hundía. Tampoco es su culpa, pero no extraña que Durant –y todos–, no se encuentren a gusto en tal contexto.
Malos gestos con Vogel
Los Suns parecen un equipo roto. Devin Booker ha dado varios pasos atrás este año, Durant está descontento, Beal no está claro qué aporta, los jugadores de rol apenas suman, Vogel no tiene mimbres para sacar a pasear la pizarra… Todo suena mal por Arizona y no parecen tener intención alguna de disimularlo. Anoche, sin ir más lejos, el entrenador sustituyó a Beal y esté no sólo le ignoró cuando le puso la mano para chocar, sino que se la apartó con un gesto más que discutible. He aquí el momento.
Obvio que esta imagen no es más que una anécdota dentro de lo que se le viene encima a Phoenix, pero igualmente dice mucho del grado de descomposición en el que se encuentran cuanto el proyecto no ha hecho más que echar a andar, y es que sus tres grandes estrellas tienen contrato garantizado por dos campañas más…
Un futuro sin salida
El panorama de Phoenix da miedo. Entre Durant, Booker y Beal deben pagar 151 millones de dólares en sueltos en la temporada 2024-25 y 162 en la 2025-26. Si eso no fuese suficiente para entender que están con las manos atadas, resulta que no tienen una sola elección de primera ronda del draft entre los años 2025 y 2030, y ninguna de segunda ronda entre 2024 y 2030… Y todo eso cuanto el actual equipo ha caído en primera ronda por 4-0…
Es desalentador. Cualquier movimiento que puedan realizar apuntaría más a tirar por la borda lo que tienen que a mejorar, pero… ¿para qué harían eso? La apuesta está sobre la mesa y sin salida sólo les queda repetir intento con lo que tienen. Por cierto, dentro de todo este desastres quien menos culpa parece tener es Frank Vogel, pero de igual modo es quien más cerca está de caer.
(Fotografía de Michael Reaves/Getty Images)