Paul George ha tenido la puerta abierta, pero él mismo se ha encargado de cerrarla. Fue el periodista Marc Stein quien a finales del mes de junio señalaba que Los Angeles Clippers estaban dispuestos a romper el dúo formado por Kawhi Leonard y George, un movimiento que puede sonar sorprendente, pero que en realidad no lo es tanto viendo los resultados –lesiones mediante– que han cosechado en sus años juntos.
Ante tal posibilidad, no han faltado equipos indagando sobre la posibilidad de hacerse con alguno de ellos, siendo Paul George quien más cerca ha visto la posibilidad de cambiar de aires. El veterano alero parecía una buena opción para muchos conjuntos que levantaron el teléfono; sin embargo, entendieron que el precio que pedían desde California era demasiado alto.
Uno de los que intentó la contratación de PG fue New York Knicks. Los neoyorquinos le veían como una pieza interesante y hasta cierto punto estaban dispuestos a negociar tras conocer lo que le pedían, pero todo saltó por los aires al conocer que George quería firmar una extensión que se podía ir a los cuatro años y 220 millones de dólares… Ahí se acabó la película según explica Alan Hahn de ESPN.
A sus 33 años, aún se puede defender que Paul George es uno de los mejores jugadores de la NBA, pero no por ello deja de ser realidad que a nivel físico da poca seguridad. En ninguna de las últimas cuatro campañas ha sido capaz de jugar más de 56 partidos, dejando por el camino una media de 47 encuentros por curso; es decir, se pierde cerca de la mitad. Hacer una apuesta de uno o dos años (tiene una opción de jugador para la campaña 2024-25) puede tener sentido, pero ir mucho más allá… ya no tanto.
(Fotografía de Ezra Shaw/Getty Images)