Philadelphia, Brooklyn, New Orleans, Pistons y Atlanta, estos últimos sin siquiera llegar a debutar. Suficiente. Jahlil Okafor, número 3 del Draft 2015, se ha cansado de estrellarse contra el muro del ostracismo, y viendo cómo la juventud se le empezaba a ir casi sin tocarla en la NBA, ha optado por dar el necesario paso a un lado.
Sin embargo, cuando lo normal habría sido Europa para un jugador de su calidad, el pívot se ha decantado por China y en particular por los Zhejiang Guangsha Lions (donde han militado en el pasado viejos conocidos como Wilson Chandler o Javaris Crittenton), según fuentes del reportero Emiliano Carchia, de Sportando.
Hace unos meses el agente de Okafor estuvo conversando con el Partizan para que su representado jugase en el viejo continente, pero las negociaciones se torcieron en el último momento. Y ahora lo que más urge al jugador, ya el destino empieza a parecer lo de menos, es acumular minutos a ritmo competitivo y regresar al escaparate. Recordar que sigue ahí, que aún sabe anotar y que, antes o después, debería ser rescatado para el máximo nivel.
Encaje difícil
Ya ha quedado claro que, en la era del triple, de las posesiones cortas, del baloncesto aposicional y del físico privilegiado, Jahlil Okafor es como Asurancetúrix solo que a la inversa. Tras su veleidoso año de novato (17,5 puntos y 7 rebotes) se confirmó que es un atrasado a su tiempo. Hace dos décadas habría sido un constante All-Star con la pizarra del head coach sirviendo a su disposición. Actualmente, con una defensa muy pobre, un escaso mid-range y unos recursos al poste, a pesar de extremadamente bellos, no lo bastante rentables a la hora de compensar sus demás carencias, se ha quedado sin hueco.
A ello, por los rumores de todos sus años en la liga, habría que añadir un problema de actitud. No termina de encajar en ninguna de las franquicias en las que aterriza.
De aquel magnífico trío que copó el Draft 2015 y que apuntaba a perenne All-Star, con Towns y Russell a la cabeza, sólo el tercero ha defraudado por el momento. A sus 26 años, el ex de Duke aún tiene tiempo para dar un giro radical a su carrera, pero han de cambiar muchas cosas para que esto suceda. El primer paso ya lo ha dado: poner la NBA en stand by. El siguiente es ir a su nuevo destino y demostrar que la CBA no es para él más un juego de niños.
(Fotografía de portada de Todd Kirkland/Getty Images)