Es obvio que la mayoría de decisiones que Sean Marks ejecuta al mando de los Brooklyn Nets pasan por Kevin Durant. Él es la verdadera piedra fundacional del proyecto y el alfa indiscutible del equipo. Steve Nash está donde está por la relación que tejió con KD en Golden State. Cam Thomas fue aconsejado por él en el último draft y ha permanecido en la franquicia por sus órdenes de mantenerlo. No iba a ser menos con la salida de James Harden. En la que, según apunta Jake Fischer en Bleacher Report después de hablar con unos cuantos miembros de los Nets, Durant ha desempeñado un importante papel.
El artículo relata cómo la relación entre ambas estrellas se ha ido erosionando en los últimos meses. Al parecer, el alero estaba decepcionado con el bajo estado de forma que Harden presentaba desde el training camp y andaba con la mosca detrás de la oreja con que no firmase su extensión de contrato. Algunas personas cercanas al círculo del equipo reportan que en diciembre la temporada se había convertido en una guerra fría entre ambos. La situación de Irving solo empeoraba las cosas.
Hasta hace unas semanas, Durant había preferido mantenerse al margen de las negociaciones, aunque desconfiaba de las últimas bajas de su excompañero. La acumulación de derrotas, el rendimiento de Harden y el miedo por perderle a cambio de nada el próximo verano hicieron el resto. KD asegura que él solo le dio su honesta opinión a Sean Marks sin intención de interferir en sus decisiones. Sin embargo, uno de los ejecutivos entrevistados dice que «fue Kevin el que apretó el gatillo». Mientras otro afirma que dijo algo así como «que le j****. No está aportando nada». Sea como fuere, James Harden ya es jugador de los Sixers y Ben Simmons de los Nets, algo en lo que cuesta creer que Durant no haya tenido ni voz ni voto.
(Fotografía de portada de Sarah Stier/Getty Images)