Las gónadas de corbata ante la posibilidad de que un jugador de los Sacramento Kings hubiera podido dar positivo en un test de coronavirus el pasado miércoles. Así se encontraban la NBA y todo el protocolo de la burbuja hasta este viernes, fecha en la que el posible positivo terminó confirmándose como resultado negativo, tal como pudieron informar Adrian Wojnarowski y Marc J. Spears (ESPN).
El susodicho jugador de los Kings, de quien no se reveló su identidad, fue sometido, como viene siendo habitual en el día a día de la burbuja, al consiguiente test anti COVID-19. Para sorpresa de examinadores, el resultado quedó tasado como inconcluyente; con posibilidad de que fuera un posible positivo dado que tampoco era negativo.
Las alarmas se activaron y el jugador fue puesto de inmediato en aislamiento individual. La situación se recondujo después de que el citado jugador ofreciera resultados negativos del virus en los tests tanto de jueves como de viernes. Por ello, es bastante factible que el anónimo integrante —ni la NBA ni los Kings podían desvelar su identidad sin el consentimiento del interesado— pueda jugar este viernes en el choque entre Sacramento y San Antonio.
Ambos conjuntos, de hecho, se encuentran inmersos en la pelea por la octava y novena posición de la Conferencia Oeste. Todavía poseen opciones de llegar a los playoffs.
Este tipo de casos —añadía Woj— suponen una gran fuente de preocupación para los equipos presentes en la burbuja NBA. Falsos positivos de esta índole podrían traducirse en bajas de últimas hora en jugadores clave. Eso es lo que temen los equipos ahora alojados en Orlando dado que un resultado inconcluyente supone 48 horas de cuarentena para el jugador en cuestión.
Hace unos días, la NBA reveló que mantiene limpias sus fronteras y que de los 344 jugadores concentrados en el resort, todos siguen dando resultados negativos en coronavirus. Eso significa que el protocolo y el trabajo de la Liga está funcionando.