Es sin duda el segundo máximo jugador en importancia en la plantilla de los Washington Wizards detrás de John Wall, pero eso no hace, por ahora, adoptar una posición resolutiva a la franquicia capitalina para cerrar la continuidad de Bradley Beal.
La disyuntiva está clara. Beal quiere la ampliación por el máximo y su equipo se muestra reticente. Mientras las vacaciones se acercan a su sepelio, ambos frentes se mantienen expectantes. «Ambas posturas han mantenido el diálogo durante el verano, pero no ha habido progresos substanciosos, de acuerdo con mucha gente al corriente de la situación», ha explicado Jorge Castillo, del Washington Post.
La frontera para la renovación la marca el 2 de noviembre, así que tiempo hay para unos cuantos capítulos más de este «tira y afloja». La cifra que estaría exigiendo el habilidoso escolta, si se someten a su máximo, es de 20.947.250 dólares, mientras que cualquier oferta que podría partir de los despachos nunca podría ser inferior a los 14 millones de dólares.
Durant en el horizonte
Si hay un destino por el que Kevin Durant estaría dispuesto a cambiar de aires, sin duda el que defiende los colores de su hogar está marcado en rojo y varias veces subrayado, y eso es algo que, paralelamente, afecta las pretesiones de Beal.
Un perímetro que comprenda a Wall/Beal/Durant (base/escolta/alero) es sumamente tentador. Pero Beal ya se ha unido a esa rueda de jugadores que sólo están dispuestos a seguir bajo contratos astronómicos, lo que complica ver con la misma camiseta simultáneamente a estos tres jugadores.
En las tres temporadas que lleva militando en la NBA, Beal promedia 15,6 puntos, 3,8 rebotes y 3 asistencias con un destacable 40% de acierto desde la línea de tres.