Hasta este momento, la NBA contaba con una línea de crédito para casos de contigencia de 650 millones de dólares. Pues bien, esta cifra, viendo lo que se nos viene, prácticamente se podrá doblar.
Tal como ha podido conocer ESPN, el plan de choque en caso de que alguno de los escenarios más distópicos se cumplan, consistirá en otros 550 millones, lo que supondría un total de 1,2 billones de dólares americanos (mil doscientos millones de euros) para hacer frente a las consecuencias de la pandemia que asola al mundo en general y, por supuesto, al baloncesto USA en particular.
Estos fondos extraordinarios quedan supeditados, como decimos, a que no quede otra que decantarse por uno de los tres escenarios que implicarían un varapalo económico gigantesco a nivel de ingresos. A saber:
- Suspensión total y definitiva de la temporada.
- Terminar la regular season a puerta cerrada.
- Disputar (directamente o tras un receso) los playoffs a puerta cerrada.
Que la cantidad utilizada y sustraída de este fondo especial de reserva termine siendo mayor o menor (o total y absoluta), dependerá de cómo y con qué prontitud y eficacia se vaya venciendo al virus y pueda restablecerse, dentro de los parámetros actuales, un final de ejercicio más o menos normal y completo, aunque por supuesto fuera de fecha y el cuál no se reactivará, mínimo, hasta el mes de junio.
‘Bocado’ a la 2020-21
La inyección líquida del hoy sería, sin duda, la austeridad del mañana; es decir, este plan económico para suavizar las pérdidas que afrontarían las treinta franquicias este curso, deberían verse compensadas en el salary cap proyectado para el curso 2020-21.
Séptima vez en la historia de la competición (teniendo en cuenta la inflación), que el límite salarial se vería reducido respecto del ejercicio anterior. Aunque las causas del ajuste, desde luego, no conocen precedentes.
(Fotografía de portada de Jeenah Moon/Getty Images)