Por decepcionante que haya sido su tramo final, los Cleveland Cavaliers han sido una de las sorpresas de esta temporada. Sobre todo teniendo en cuenta cómo las lesiones han truncado sus aspiraciones. Quizás la más triste de todas fuese la sufrida por Ricky Rubio el pasado mes de diciembre cuando el español estaba siendo un jugador indispensable en el buen hacer de los de Ohio. Rubio tenía que decir adiós a la temporada tras romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, lo que acabó provocando que fuese traspasado. Sin embargo, a pocas semanas de convertirse en agente libre sin restricciones, cada vez suena con mayor fuerza su regreso a los Cavaliers.
Ricky llegó a Cleveland desilusionado después de enfrentarse a un nuevo traspaso que le alejaba de un proyecto en el que se sentía cómodo para dar con sus huesos en la aparente estepa de los Cavs. Pronto le daría la vuelta a la tortilla volviendo a desplegar un gran baloncesto tras un mal año en Minnesota. Esta vez de la mano de un equipo ilusionante en el que sentirse importante. Seguramente su estado de forma le habría acabado procurando una buena firma este verano allá donde sus servicios fuesen bien recibidos. La lesión también provoca que aparezcan las dudas, y ante la perspectiva de renunciar al contrato que le hubiese gustado firmar, volver al lugar que estaba revitalizando su carrera parece ideal.
Al parecer Rubio mantiene una estrecha relación con la front office de Cleveland. La cual se habría visto acrecentada con la llegada de José Manuel Calderón como consultor. Fuentes cercanas a la franquicia y el jugador aseguran estos días que un regreso es «muy probable». De momento, Ricky sigue centrado en su recuperación y ya tendrá tiempo de preocuparse por su próxima etapa en la NBA. Continuidad que estaba en duda hace no tanto.
(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)