Los equipos piden que el límite del impuesto de lujo suba para la próxima temporada

El factor económico sigue centrando la actualidad de la NBA. Acabada con éxito la campaña 2019-20, ha llegado la hora de sentar las bases de un curso 2020-21 que se vislumbra como un reto aún mayor; no en vano no se trata únicamente de disputar el final de una temporada con sus playoffs, sino de poner en funcionamiento toda la maquinaria de la Liga con sus diferentes fechas, eventos y límites financieros en juego.

La cuestión es que es justo la economía la que mueve todo lo demás. El mercado está básicamente en stand by mientras NBA y Sindicato de Jugadores deciden en qué cantidad de millones dejan tanto el límite salarial como la marca a partir de la que se empezaría a pagar impuesto de lujo. Respecto a la primera cifra, un informe de San Francisco Chronicle habla de que podríamos estar ante una caída de entre 3 y 12 millones de dólares. Todo apunta a que no será un descenso drástico; es más, aunque la previsión de 115 millones de dólares no se cumpla, verlo de nuevo en 109,1 millones (cifra acordada para el curso 2019-20) empieza a sonar con fuerza. ¿Sería suficiente para que los equipos funcionasen con normalidad en el mercado? Parece que no.

Según informa Bobby Marks de ESPN, las franquicias han pedido a la NBA que el límite del impuesto de lujo suba. Para ser exactos, no quieren que el frenazo del tope salarial influya en lo que estaba proyectado para pagar impuesto; es decir, si para los 109,1 millones de dólares de tope de la temporada pasada correspondían 132,6 para el impuesto, ahora desean que aunque mantenga la primera cifra la segunda alcance los 139 millones que estaban calculados para 115 millones de limite salarial.

La petición de los equipos tiene como motivación el hecho de haber estado trabajando en cuanto a sus presupuestos con esos 139 millones en el horizonte. Entienden que si se mantiene en 132,6 millones; es decir, tal y como estaba, tanto la agencia libre como el mercado de traspaso quedarían básicamente congelados.

¿Hasta qué punto sería tan duro como lo pintan? Hay debemos trazar una línea que separa a equipos contender con otros que viven en reconstrucción. Como todos sabemos el gasto en uno u otro caso no es igual, ya que los primeros suelen apurar al máximo sus opciones a la hora de reforzarse, aunque ello suponga pagar impuesto de lujo, mientras que los segundos prácticamente nunca incurren en tal multa al estar centrados en formar jugadores recién llegados a la competición. La cuestión es que si son los segundos los que tienen posibilidad de firmar agentes libres de cierto nivel, y son estos mismos los que prefieren ir a un equipo con aspiraciones, la situación no terminaría de encajar.

La única realidad es que seguimos a la espera de conocer las cifras oficiales para el curso 2020-21. Será entonces cuando podremos hacernos una idea clara de cómo podrá moverse cada franquicia y hasta qué punto la crisis por la pandemia de coronavirus (y la de China en verano de 2019) han influenciado en el presente de la NBA.

(Fotografía de Jeenah Moon/Getty Images)


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