La NBA ha dado libertad a los jugadores a la hora de decidir sobre la vacunación contra el coronavirus. Según datos manejados por la competición, en estos momentos habría un 90 por ciento de jugadores vacunados mientras que el resto, por motivos diversos, ha optado por el camino contrario. Sobradamente conocidos son los casos de Andrew Wiggins, Kyrie Irving y Bradley Beal, pero la cifra total está cercana a 40 integrantes de las plantillas. Estos conocen que deben someterse a las restricciones locales (más duras en San Francisco y Nueva York), así como a las propias del protocolo NBA. Pues bien, sobre este último es Shams Charania de The Athletic quien desvela algunas medidas realmente duras que se incluyen en las 65 páginas del protocolo de salud y seguridad de la competición estadounidense.
Ya teníamos conocimiento de que aquellos no vacunados deberían hacerse pruebas que diesen resultado positivo para jugar partidos y viajar con sus equipos. Prácticamente estamos hablando de realizarse tests diarios. Así se hicieron las cosas la temporada anterior y así continuarán. La cuestión es que el protocolo incluye otras medidas que afectarían al día a día.
Según el citado periodista, los no vacunados no podrán comer en la misma habitación que otro jugador, deberá guardar una distancia de dos metros con el resto de jugadores en las reuniones del equipo, tendrá su taquilla apartada de la del resto de integrantes del roster y deberá permanecer en el hotel o residencia del equipo, teniendo prohibido acudir a lugares públicos.
«Yo les preguntaría a los que se están vacunando: ¿por qué se siguen contagiando de Covid? Todavía se puede contraer y transmitir Covid aún estando vacunado. Entonces…». Este es el argumento de Beal para no vacunarse, pero la NBA no lo está comprando. Con los datos confirmados sobre cómo la vacuna frena el virus, disminuye la transmisión y evita muertes, la Liga entiende que una cosa es dejar que cada jugador elija y otra hacer como que da igual vacunarse o no. Wiggins hablaba de mantenerse fiel a lo que cree. La Liga lo acepta, pero no lo comparte.
(Fotografía de Ashley Landis-Pool/Getty Images)