Los Knicks: ¿dispuestos a pasar de Barrett por Culver?

Un temor frío recorre al ya de por sí atormentado seguidor de los Knicks. Tras la primera gran decepción en la lotería, en la que veían como se les escapaba el número 1 del Draft y con él a Zion Williamson, quedaba un pequeño-gran consuelo. Esta promoción, según cualquier informe de scouting, trae tres valores seguros. Tres jugadorazos. Tres chavales con madera de auténtica estrella. Hacerse con cualquiera de ellos la noche del 20 de junio puede concebirse como sinónimo de triunfar.

A los Knicks no les fue del todo bien pero mejor sin duda que a Cavaliers y Suns, equipos que partían con sus mismas opciones de first pick y que sin embargo han caído a los puestos 5 y 6. Los neoyorkinos, al menos, cierran el top-3. Y eso, descartado Williamson, se traduciría en un Ja Morant o un R.J. Barrett. Y habiéndose filtrado que los Grizzlies, casi con total seguridad, se decantan por el base de Murray State, ya tendríamos gorra por eliminación.

Pero según informes frescos de Sean Deveney de Sporting News, Scott Perry podría marcarse un Ash Ketchum de pueblo Paleta. Ni Charmander, ni Squirtle ni Bulbasaur. Aquí va un Pikachu procedente de Texas Tech: Jarrett Culver.

¿Por qué Culver?

José y Sergio, en su mockdraft de hace tres días en Drafteados, colocaban a Culver en cuarto lugar, derecho de elección en poder de los Lakers. El escolta viene de promediar 18,9 puntos, 6,4 rebotes, 3,8 asistencias y luce con gusto la etiqueta de ser uno de los mejores (sino el mejor) two way player de esta hornada. Con alma de all-around player y con el tiro de tres como su principal y casi único lunar, en Culver hay mucho de ese jugador que todo entrenador jefe ansía. Capacidad para generar y para resolver y entrega, piernas y fundamentos para defender.

La curva de evolución ya la dibujan sobre la de Jimmy Butler en papel de cebolla. Un guard no muy alto pero de notable envergadura que, en un conjunto que ya cuenta con Dennis Smith Jr. y Kevin Knox, podría hacerlo más apetecible en cuanto a encaje en el esquema que un Barrett cuya convivencia con Knox parece más complicada.

El valor de arriesgar

Los Knicks, paranoias a un lado y más allá de cómo las amorticen luego, suelen hacer buenas elecciones en el Draft. De hecho, a Frank Ntilikina (pieza que vendría a desplazar Culver) podemos considerarlo ya como su gran fiasco de las dos últimas décadas. No se equivocó la franquicia con Porzingis en un atrevido pick 4º, ni al año siguiente convirtiendo en oro su pick 36º con Mitchell Robinson. El pasado reciente nos habla de Tim Hardaway (24º), Iman Shumpert (17º), Landry Fields (37º), Danilo Gallinari (6º), Wilson Chandler (23º) o David Lee (30º). Nada mal.

Este Draft, sin embargo y por lo que todos cuentan, no parece el más indicado para hacer locuras dentro del top-3. Y si los Knicks deciden finalmente seguir esta corazonada, solo el tiempo les dará o quitará la razón.

(Fotografía de portada de Mike Lawrie/Getty Images)


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