Los Lakers podrían estar en problemas. Según ha desvelado Peter Vecsey en su columna privada, la NBA está llevando a cabo una investigación para determinar si Los Angeles Lakers incumplieron las reglas de la liga a la hora de tratar la posibilidad de fichar en el futuro a Paul George.
Según Vecsey, un periodista que ha cubierto la NBA durante décadas en medios como el New York Post, USA Today, NBC y otros, la investigación se está llevando a cabo porque Indiana Pacers, a través de su propietario Herb Simon, ha denunciado formalmente a los Lakers ante la NBA. Como consecuencia de ello desde hace días una firma independiente investiga estos hechos realizando varias entrevistas a los personajes involucrados, entre ellos Magic Johnson y Ron Pelinka, los dirigentes deportivos de los Lakers.
En junio se filtró que Paul George había notificado a los Pacers que no seguiría en la franquicia una vez que expirase su contrato al término de la campaña 2017-18, algo que en Indianápolis no esperaban. Por si fuera poco el valor de George quedó algo dañado cuando se supo que el alero solo tenía intención de jugar en los Lakers, el equipo al que creció animando ya que George vivió de niño en Palmdale, una zona del norte de Los Ángeles.
Aquello molestó enormemente a Herb Simon. La realización del enfado de los aficionados de Indiana y comprobar que George perdió valor ya que pocos equipos estaban interesados en su traspaso teniendo en cuenta que el All-Star no se comprometería con nadie más allá de junio de 2018 por su intención de seguir en los Lakers, hizo que el propietario y dirigente de los Pacers se decidiese a denunciar a los californianos.
Ni siquiera el hecho de que los Pacers lograsen traspasar a George a Oklahoma City en una operación inesperada hizo que se calmasen los ánimos. Además, desde Oklahoma ven con buenos ojos esta investigación como forma de recordar que todos deben atenerse a las reglas.
El proceso de investigación
Pocos ponen en duda que los Lakers estaban y están muy interesados en Paul George ya que desde la directiva se ha insistido en que su prioridad es mantener espacio salarial para el verano de 2018 e incluso Magic Johnson realizó un guiño en un programa de televisión cuando le preguntaron por George, pero ahora la firma encargada de la investigación debe encontrar pruebas.
Vecsey afirma que cuatro abogados expertos en estas cuestiones están realizando una investigación que para poder culpar a los Lakers requerirá de pruebas fehacientes como correos electrónicos, llamadas u otros documentos que evidencien la intromisión angelina en el futuro de George. Jeanie Buss, propietaria, Magic Johnson, máximo responsable deportivo y Rob Pelinka, general manager, ya han sido entrevistados una vez y lo serán nuevamente en los próximos días además de haber sido requeridos a aportar todas las comunicaciones que hayan mantenido con Paul George, su representante y sus padres.
En caso de resultar comprobado que los Lakers violaron las reglas, la NBA podría introducir varios castigos como pérdida de primeras rondas, suspensión de los directivos y una multa de varios millones de dólares. Minnesota Timberwolves recibió una penalización similar a comienzos de siglo por el caso Joe Smith.
El ‘tampering’
Vecsey explica que la liga sabe a ciencia cierta que los equipos incumplen las reglas de tampering —ponerse en contacto de varias maneras con un jugador de otro equipo e interferir en su futuro sin poder hacerlo— pero que estos hechos no se investigan hasta que son denunciados por otras franquicias.
El ejemplo de como al darse inicio la agencia libre cada 1 de julio y en pocos minutos equipos y jugadores alcanzan acuerdos astronómicos —los propios Lakers lo hicieron el año pasado con Timofey Mozgov— sirve para ilustrar cómo los directivos de las franquicias se saltan las reglas impuestas por la NBA según las cuales los equipos no pueden hablar sobre posibles fichajes con jugadores que tienen contrato con otros equipos. Cierto es que en el caso de Paul George este ánimo de no obedecer las reglas sería más grave ya que al alero le restaba en ese momento un año de contrato.
Un caso de hace años
No es exactamente la misma situación, pero hace 17 años que la NBA comprobó que un equipo no había seguido las reglas y actuó en consecuencia.
En enero 1999 Joe Smith, agente libre por aquel entonces, firmó un contrato de un año con Minnesota Timberwolves por valor 1,75 millones de dólares, un precio por debajo de mercado y más teniendo en cuenta que un año antes los Warriors habían ofrecido a Smith cuando aún jugaba en Golden State una extensión de contrato de 80 millones de dólares.
Smith jugó ese año, firmó un nuevo contrato por 2,1 millones de dólares con Minnesota y al expirar volvió a firmar un tercer contrato en el año 2000 de una sola temporada por 2,5 millones. Poco después se supo que esos tres contratos habían sido pactados en enero de 1999 al término del lockout con el objetivo de que Minnesota tuviese mayor margen de maniobra con el límite salarial y pudiese obtener los derechos Bird de Smith para posteriormente firmarle un contrato de 86 millones de dólares.
El acuerdo bajo tabla se conoció en 2000 después de que una disputa legal entre agentes deportivos que antes eran socios y que representaban a Smith hizo que los documentos saliesen a la luz y la NBA impuso fuertes sanciones una vez que confirmó los hechos tras una investigación. Una multa de 3,5 millones de dólares, suspensión del cargo al propietario por varios meses, anulación de los tres contratos de Smith por lo que se quedaba sin los derechos Bird y, lo peor de todo, retirada de las elecciones de primera ronda del Draft de los siguientes cinco años (posteriormente la NBA rebajó la sanción a cuatro elecciones retiradas en los siguientes cinco años).
Sería muy difícil que ahora la liga penalizase de una forma tan grave a los Lakers puesto que la investigación por tampering con George no parece tan grave como lo que en su día hicieron Wolves y Smith, pero sin duda en las oficinas de El Segundo no deben estar tranquilos con lo que está ocurriendo.