La relación entre los Houston Rockets y P.J. Tucker parecía no vivir su mejor momento desde que el jugador comunicara hace poco más de un mes su descontento con su situación contractual. El alero esgrimía que su importancia y rol dentro del esquema era muy superior a la cuantía de su salario, especialmente en comparación con el recibido por otros jugadores de la liga con similares características.
En su condición de expiring, la ausencia de un acuerdo entre ambas partes se había erigido como un tema delicado en su tratamiento con los medios de comunicación durante el training camp. El unirse al grupo más tarde de lo establecido y perderse dos partidos de pretemporada tampoco ayudaba a aliviar tensiones.
Sin embargo, la situación ha dado un giro de 180 grados. Según confirman fuentes del Houston Chronicle, tanto la franquicia como el jugador «mantienen la esperanza» de alcanzar un acuerdo de renovación. El periodista Jonathan Feigen informa que los Rockets podrían ofrecer un contrato por dos temporadas. Es este segundo año el que despertaría discrepancias: la cantidad garantizada que habría puesto sobre la mesa la franquicia no es la misma a la que aspira a recibir el jugador.
Aún así, Feigen sugiere que se alcanzará el acuerdo y que ambas partes siguen negociando, incluyendo una reciente reunión del general manager Rafael Stone con el agente de Tucker, Andre Buck.
Tucker ha demostrado un valor inmenso para los Rockets en los últimos años, tanto dentro como fuera de la cancha. Sus 35 años o sus 196 centímetros de altura no han sido un impedimento para asentarse como un catalizador defensivo y mostrar una perdurabilidad envidiable. Desde el curso 2012-13, nadie ha jugado más partidos en la NBA que el de Carolina del Norte, cuyo cartel sigue siendo impoluto.
(Fotografía de portada de Tim Warner/Getty Images)