Turbulento panorama el que actualmente copa la actualidad deportiva de Washington. El pasado sábado saltaba la noticia de que John Wall había trasladado a la directiva capitalina su deseo de ser traspasado. Una decisión que podría haber sido desencadenada por la postura de la directiva de confirmar su apuesta por construir alrededor de Bradley Beal. Además, el estancamiento de unas supuestas negociaciones con los Rockets por Russell Westbrook podrían haber sentado mal al jugador.
Si embargo, el general manager de los Wizards, Tommy Sheppard, se ha apresurado a mitigar el incendio y aclarar que el base no ha pedido el traspaso. «No hay ninguna intención de traspasar a John. No hay ningún problema entre John y yo o entre John y los Wizards», declaró el gerente general según fuentes de ESPN.
La situación no es para nada esperanzadora. Wall no disputa un partido desde diciembre de 2018 y su contrato supone un auténtico lastre para su equipo. Todavía le restan tres años por delante y un total de 132,9 millones de dólares que lo convierten en un jugador muy difícil de mover. Su edad, 30 años, tampoco ayuda a afrontar un hipotético movimiento.
Sin embargo, no todo es sombrío. Bradley Beal ha insistido una y otra vez en su deseo de volver a jugar junto a él y varios vídeos en los que se le han visto entrenando muestran a un Wall en aparentes plenas facultadas. Si logra trasladarlo al exigente ritmo competitivo de la NBA, es posible que los Wizards todavía sean capaces de amenizar la Conferencia Este.
(Fotografía de portada de Elsa/Getty Images)