¿Podía volverse más problemática la situación de Jimmy Butler en Minnesota? El espectáculo vivido ayer invitaba a pensar que no, pero los tintes dantescos de este culebrón parecen no tener intención de desaparecer, y es que los Timberwolves se han visto obligados a suspender el entrenamiento programado para hoy para evitar un panorama aún más crítico, tal y como ha informado Jon Krawczynski, de The Vertical.
Tras varias semanas alejado del equipo debido a su solicitud de traspaso, el alero regresó ayer a las sesiones preparatorias, pero ni mucho menos con intención de enterrar el hacha de guerra. Butler mostró una actitud agresiva tanto en el juego como en el trato personal con miembros del staff o con Scott Layden, general manager de Minnesota, una imagen que la franquicia no ha querido repetir en el día de hoy. Además, como era de esperar, no habrá ningún tipo de comparecencia ante los medios de comunicación.
Cabe suponer que este entrenamiento será el único que se cancele, pues los Wolves disputarán mañana ante los Bucks su último partido de pretemporada y darán inicio al nuevo curso en seis días en San Antonio. Seguir perdiendo sesiones no parece una opción, aunque tampoco lo es que se repita lo ocurrido ayer. Si Butler quería forzar una decisión rápida, es probable que lo haya conseguido. Ahora, si también quería ser atractivo para el resto de franquicias, quizás los modos no fueran los más adecuados.