El entrenador jefe de los Atlanta Hawks, Nate McMillan, ha considerado seriamente renunciar a su puesto en mitad de una temporada decepcionante para los intereses del equipo, según fuentes del medio The Athletic.
La estabilidad del cargo de McMillan ha sido cuestionada en el seno de la competición desde los instantes de tensión que protagonizó con Trae Young durante una práctica de tiro celebrada a principios del presente mes de diciembre. A pesar de que el propio jugador quiso quitar hierro al asunto, el runrún se ha mantenido desde entonces hasta el punto de filtrarse la posibilidad de que Young pida su traspaso en verano.
No obstante, las conversaciones entre McMillan y Landry Fields han sido positivas desde que este último se convirtiera en el máximo responsable de las operaciones de baloncesto, por lo que la gerencia de los Hawks confía en terminar la temporada con McMillan como entrenador jefe. Del mismo modo, su renuncia no es inminente, informa Shams Charania. Eso sí, parece poco probable que el técnico siga al frente del equipo la próxima campaña.
En una comparecencia ante los medios de comunicación celebrada la semana pasada, McMillan compartió el desafío que supone entrenar a los jugadores en la actual NBA. «Estoy entrenando a una generación diferente de jugadores con los que jugué y posteriormente entrené. Ahora es diferente la forma en la que te comunicas, la forma en la que se juega y en la que los jugadores ven el juego. Lo ven diferente a cuando yo jugaba y a cuando empecé a entrenar.»
McMillan asumió el puesto de entrenador jefe en 2021 después del despido de Lloyd Pierce y tuvo un éxito inmediato, llevando a Atlanta hasta las Finales del Este, lo que le permitió cerrar una renovación por cuatro años en la temporada baja. Sin embargo, caerían eliminados en primera ronda en los playoffs de 2022 y el traspaso por Dejounte Murray no ha sido suficiente para que los Hawks se asienten en la élite del Este.
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)