La situación de Kristaps Porzingis en Dallas lleva bastante tiempo siendo complicada. Tras llegar en enero de 2019 como una estrella desde los Knicks, todos esperaban que formase un dúo letal junto Luka Doncic, quien por entonces llevaba meses en la NBA. No ha sido así. Con lesiones de por medio, rumores de poco entendimiento con el esloveno y alguna queja por entender que merecía mayor peso en ataque, todo se fue enturbiando hasta parecer que lo más lógico era que jugador y franquicia separasen sus caminos. Según Tim MacMahon de ESPN, justo así lo veía el interior letón.
El citado periodista recalca que al concluir la última temporada Porzingis tenía claro su deseo de ser traspasado; sin embargo, prefirió no pedir un traspaso al ser los suficientemente inteligente como para comprender lo que suponía en el presente. Tal decisión puede acabar siendo beneficiosa, ya que su perspectiva como jugador de los Mavs ha cambiado.
MacMahon explica que Porzingis se encuentra ahora preparado para lo que siente como un nuevo comienzo tras el cambio e entrenador (se ha ido Rick Carlisle y ha llegado Jason Kidd). Además, este verano ha estado en perfectas condiciones físicas, por lo que ha podido trabajar tanto en su juego como en su cuerpo. Todo esto hace que haya regresado para iniciar la pretemporada con una sensación renovada.
Sin duda son buenas noticias para Dallas. Tras un mercado de perfil bajo en el que apenas se han movido, y sabiendo que Luka Doncic siempre da un excelso nivel, el techo del equipo en la temporada 2021-22 dependerá en gran medida del rendimiento de Porzingis, el cual será mejor si se encuentra cómodo y evita lesiones. Parece que está en ese camino, y culpa de ello puede tenerla Jason Kidd. El nuevo entrenador de los Mavericks ha querido conocer de cerca al letón; tanto es así que viajó hasta su país para pasar unos días con él y su familia. Porzingis agradeció el gesto y al parecer ha cambiado su mentalidad de cara a la campaña que se avecina.
Hecho el trabajo de grupo a nivel moral, la realidad es que Porzingis está ante un curso decisivo en cuando a lo que es estrictamente baloncesto. Al letón le toca jugar mejor. Sus números no son malos ni mucho menos, pero dar un paso al frente para asumir responsabilidades y ser decisivo es una exigencia en este punto de su carrera. Tiene una nueva oportunidad para demostrar que es la estrella que debe tener Doncic a su lado.
(Fotografía de Ronald Martinez/Getty Images)