Corría la temporada 2001-02 cuando los Charlotte Hornets originales buscaban una nueva sede a la que mudarse. Ahora sabemos que acabaron en New Orleans, pero hubo una interesante opción sobre la mesa que no llegó a fraguar: Louisville.
Sí. La que es sede de una de las mejores academias universitarias de baloncesto del país llegó a estar realmente cerca de convertirse en casa de los Hornets. Según informa Bloomberg tras estudiar el escándalo que ha rodeado al programa de baloncesto de Louisville, la mencionada franquicia llegó a tener un acuerdo no vinculante con autoridades de la ciudad que finalmente no llegó a buen puerto.
El motivo de que las negociaciones se rompiesen llegó desde la propia universidad. Rick Pitino, por entonces nuevo entrenador jefe de los Cardinals, y Tom Jurich, director deportivo, bloquearon cualquier movimiento porque no tenían intención alguna de compartir estadio con un equipo de la NBA.
Para llegar a esa situación, y aunque se puede pensar que los propios Hornets dieron el primer paso, lo cierto es que fue un grupo de ciudadanos (políticos y de negocios) quienes estaban haciendo un esfuerzo para hacerse con un conjunto NBA, ya que creían que sería una importante jugada a nivel económico. El acuerdo, como decimos, no vinculante, incluía la construcción de un nuevo complejo deportivo que acogería a Hornets y Cardinals.
Pero Pitini y Jurich tenían otras ideas. No querían compartir cancha con un conjunto de la NBA, ni siquiera ciudad. Esa negativa, aún sin peso oficial, hizo que el Comisionado por aquel entonces, David Stern, pensase: «Si Rick Pitino no nos quiere allí, ¿para qué vamos a ir?».
El poder de Pitino
Lo ocurrido hace ya 15 años demuestra el poder que por aquel entonces tenía Rick Pitino, capaz de parar en seco las intenciones de mudanza de un conjunto NBA. Sin embargo, ese frenazo no ha hecho que el nombre de Louisville desaparezca de los señalados para una expansión de la liga. En 2014 conocíamos que Seattle y la mencionada Louisville estaban a la cabeza para ver como crecía el número de equipos de la competición. Han pasado tres años y nada ha ocurrido, pero sigue sin descartarse.
Cuatro décadas de espera
La historia ha convertido a Louisville en una ciudad eminentemente universitaria. Los Cardinals cuentan con un apoyo enorme en la ciudad y quizás no quieran perder parte del pastel. Lo cierto es que no sería la primera vez que el baloncesto profesional tuviese lugar entre sus calles; eso sí, hay que echar la vista cuatro décadas atrás, exactamente al periodo entre 1967 y 1976, cuando los Kentucky Colonels jugaron allí en la extinta ABA.