Un día después de informar sobre la carrera entre Rockets y Wizards por Scott Brooks, parece que ya tenemos ganador. La reunión entre Ernie Grunfeld —general manager de Washington— y el antiguo entrenador de los Thunder fue un éxito y, según Adrian Wojnarowski, el acuerdo terminará con la firma de un contrato por cinco temporadas y 35 millones de dólares.
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Un lustro de compromiso para dar comienzo a una nueva etapa tras los cinco años de Randy Wittman, que selló idéntica duración en 2011 y que ha dicho adiós en este abril de novedades con dos participaciones en Playoffs en la maleta.
Expectativas altas empezando por la agencia libre
No serán pocas las expectativas que recaerán sobre Brooks en su primer trabajo lejos de Oklahoma, empezando por sacar rendimiento a un equipo que con nombres como Wall, Beal, Morris o Gortat tiene que ser fijo en la postemporada. Al mismo nivel toca dar lustre a piezas como Otto Porter y pulir proyectos diamantinos en bruto como Kelly Oubre.
Y por supuesto no es ajena, en buena parte de los aficionados, la esperanza de que sirva de algún modo como reclamo para la estrella más codiciada de la próxima agencia libre. Aunque no sea precisamente la principal competencia a exigir en un nuevo entrenador, existe en el Distrito de Columbia el deseo de que su mudanza al Este pueda coincidir con la vuelta de Kevin Durant a su ciudad natal.
La estrategia de la rapidez en Washington
No solo los Rockets esperaban tener la oportunidad de hacerse con Brooks, también en Los Angeles Lakers sonaba con fuerza el nombre del coach californiano. Los Wizards han sabido aprovechar sus vacaciones anticipadas y su velocidad a la hora de despedirse de Wittman para adelantarse a los otros dos pretendientes, que todavía tienen ocupados los despachos con los enseres personales de J. B. Bickerstaff y Byron Scott.
Según el periodista David Aldridge, Brooks quiere contar con sus antiguos asistentes Rex Kalamian —actualmente en los Raptors— y Mo Cheeks en su nuevo desafío, así como con el ya extécnico interino de los Nets Tony Brown.
Y más Durant
El propio Aldridge anuncia también que los capitalinos planean retener en su organigrama a David Adkins. Un asistente en el área de desarrollo de jugadores cuya contratación en 2014 saltó a las portadas por sus posibles implicaciones en el proceso de captación de Kevin Durant.
Y es que Adkins, que llegó a la NBA de la mano de los Wizards directamente desde el baloncesto femenino universitario —algo no excesivamente común—, es considerado «familia» por el ’35’ de OKC. Su relación se remonta a la etapa de instituto de Durant, cuando jugador y asistente coincidieron en los Montrose Christian.
El buen trabajo realizado con Kelly Oubre bien vale el deseo de Washington por seguir contando con sus servicios pero, a falta de contadas semanas para la locura de la agencia libre, las elucubraciones parecen inevitables.