A nadie pilla por sorpresa el gran affaire de Tom Thibodeau con aquellos jugadores con cierto grado de experiencia en la NBA. Un paradigma novedoso, pues, el que está viviendo actualmente: los New York Knicks ocupan actualmente la quinta posición del Este con un roster que presenta una edad media de 25 años.
Detrás de este éxito se esconde una férrea defensa que permite 108,1 puntos por cada cien posesiones, el segundo mejor registro de toda la competición, y un núcleo prometedor de jugadores jóvenes liderado por Julius Randle, Immanuel Quickley, R.J. Barrett y Mitchell Robinson.
Sin embargo, cuando Thibodeau tomó las riendas del equipo por primera vez, su visión sobre las virtudes del proyecto eran muy distintas. Tanto que su deseo era desprenderse de algunas de las perlas de futuro para incorporar jugadores veteranos y contrastados.
Según una información procedente del New York Post, el técnico insistió al general manager Leon Rose para que presentara ofertas a largo plazo por Gordon Hayward, Bogdan Bogdanovic y Marcus Morris. Además, puso sobre la mesa del ejecutivo la propuesta de utilizar a R.J. Barrett y Mitchell Robinson como monedas de cambio.
Finamente, los Knicks lograrían a uno de esos tan deseados veteranos con la llegada de Derrick Rose. Eso sí, Rose dejó muy clara su apuesta por desarrollar al young core del equipo y dar la oportunidad de demostrar de lo que son capaces durante este curso antes de tomar medidas más radicales. De momento, parece que la postura más paciente del ejecutivo se ha impuesto al ansia conservadora del head coach.
(Fotografía de portada de Sean M. Haffey/Getty Images)