El despido de Lloyd Pierce como entrenador de los Atlanta Hawks puede traer más cola de lo que en un principio aparentaba. Si bien se sugería que la decisión había emanado de manera primordial desde las oficinas, una información procedente de The Athletic sugiere que el descontento de la plantilla podría haber resultado vital para el desenlace.
El periodista David Aldridge ha desvelado que Trae Young fue uno de los primeros jugadores en desligarse de los métodos y el sistema de Pierce. Posteriormente, otros jugadores importantes como John Collins y Cam Reddish terminarían por unirse al base. Un apoyo que el técnico fue perdiendo de forma paulatina hasta el punto de apenas disponer de defensores en el vestuario.
La falta de confianza en Pierce habría dado comienzo ya el pasado año, cuando varios componentes del roster habrían expresado su malestar ante la negativa del entrenador a escucharlos y tener en cuenta sus opiniones. Además, Pierce tuvo que lidiar con varios problemas de ego que no supo gestionar. Así, los pesos pesados del vestuario se habrían unido para presionar a Travis Schlenk y transmitirles la necesidad de un cambio de rumbo.
No obstante, habrá que esperar a algún tipo de explicación o declaración por parte del ya ex-coach de los Hawks. Mientras tanto, compañeros de profesión como Gregg Popovich ya han salido en su defensa y han catalogado la decisión como un error.
Ahora, el puesto de head coach ha recaído sobre Nate McMillan, quien ya ha entrenado a Pacers, Blazers y Supersonics. Un técnico rocoso, duro y exigente que podría establecerse como esa voz de autoridad necesaria para reconducir el rumbo del proyecto y cumplir los objetivos marcados.
(Fotografía de portada de Jared C. Tilton/Getty Images)