Los San Antonio Spurs apostaron por Zach Collins durante la pasada agencia libre. Entonces firmaron un contrato por tres años y 22 millones de dólares a un jugador que no ha podido asentarse en la NBA debido a las lesiones.
En efecto, Collins no disputa un partido oficial en la liga desde agosto de 2020, en plena celebración de la burbuja de Orlando a causa de la pandemia por COVID-19. Desde entonces dos cirugías para tratar una fractura en el pie izquierdo lo han mantenido en el dique seco, la última de ellas el pasado mes de junio.
Completada la primera mitad de la regular season, el debut de Collins con la camiseta de los Spurs está cerca de producirse. La franquicia de Texas ha asignado al interior a los Austin Spurs de la Liga de Desarrollo, con los que registró ocho puntos en 19 minutos en el duelo contra los Rio Grande Valley Vipers celebrado este lunes.
Según el periodista del San Antonio Express News, Tom Orsborn, la idea es que Collins dispute un partido más con el equipo filial antes de regresar a la disciplina de los Spurs a jornada completa. Sin embargo, el entrenador jefe Gregg Popovich ha sido más cauto. «Ha estado fuera mucho tiempo. Necesita tiempo para recuperar su ritmo, sentirse cómodo y tener confianza en sí mismo, tanto físicamente como en su juego.»
Eso sí, los Spurs se cubrieron las espaldas en la firma del acuerdo con el décimo pick del draft de 2017. Collins tiene completamente garantizado únicamente su primer año. El segundo solo lo está de manera parcial y el último no presenta ningún tipo de garantías, por lo que podría ser cortado sin repercutir en las arcas salariales de la franquicia.
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)