El comienzo de carrera de Cade Cunningham está siendo histórico en el peor sentido de la palabra. Es cierto que sus cifras no serían replicables si no tuviese el estatus y volumen de tiro que tiene, pero aún así los números son inexcusables. En sus tres primeros partidos en la liga, el número uno promedia el peor porcentaje de tiro de run novato en la historia de la NBA. Su 7 de 39 supone un 17,9% que supera ampliamente el 20% de Shawn Bradley en la 93-94. Las sensaciones no podrían ser peores con un jugador llamado a ser la cara de la franquicia, pero en Detroit no se preocupan demasiado por el traspiés.
Tras firmar el mejor partido de su corta carrera frente a Sixers —18 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias—, su entrenador Dwane Casey ha salido a su paso. «Es un gran avance para él. Ha hecho un gran trabajo soportando la presión en la primera parte. Ha hecho un buen trabajo tomando el balón y buscando la mejor opción disponible» decía el técnico de las dotes de mando de su jugador. Aunque apuntaba a una segunda parte algo más irregular. Pese a los 18 puntos y el 9 de 10 en tiros libres, Cunningham cerró la noche con un 4 de 17 en el tiro. «Van a acabar entrando. Solo es cuestión de tiempo que encuentre el ritmo en sus triples. Me importa más su defensa, que haga las lecturas correctas y suelte el balón cuándo y dónde debe».
Casey no era el único que quiso dar un espaldarazo a Cunningham. Su compañero Isaiah Stewart va por el mismo camino. «Le digo que siga tirando. Lo normal es verle metiendo los tiros que hoy ha fallado. Pronto se convertirán en puntos». De momento, ha lanzado 21 triples anotando solo uno. Su partido frente a Philadelphia deja muestras de su talento para gestionar la pelota en ataque, pero cuidar bien el balón mientras se falla un tiro tras otro se queda corto para un supuesto elegido. Quizás el resto del mundo no tenga la paciencia que ahora mismo mantienen los Pistons. cade
(Fotografía de portada de Gregory Shamus/Getty Images)