Los Orlando Magic han roto la hucha para hacerse con Desmond Bane e inaugurar el mercado de fichajes 2025-26. ¿El precio a pagar a los Memphis Grizzlies?
- Kentavious Caldwell-Pope
- Cole Anthony
- Pick número 16 del inminente Draft
- Pick de primera ronda de Phoenix Suns o Washington Wizards de 2026 vía swap
- Pick de primera ronda de 2028 sin proteger
- Swap de primera ronda de Orlando con protección top 2 en 2029
- Pick de primera ronda de 2030 sin proteger
El coste, ya se ha comentado, es poco menos que de All-NBA. Un pack que perfectamente se podría imaginar en conversaciones por Kevin Durant, el gran nombre de este verano si los rumores con Giannis Antetokounmpo y su permanencia en Milwaukee son ciertos. Desde 2019, los periodos de agencia libre han perdido peso para dárselo por completo a los traspasos, encarecidos hasta el exceso. El actual convenio arrojaba dudas sobre el abaratamiento de este tipo de movimientos, pero este y el de Mikal Bridges el año pasado dejan una conclusión temprana. Que en una agencia libre más restrictiva que nunca, el equipo que quiera mejorar en el corto plazo va a tener que sobrepagar en recursos.
Sobre todo en el caso de un equipo, los Grizzlies, que no buscaban activamente la salida de su tercer mejor jugador. Aunque Zach Kleiman, GM de Memphis, ya apuntase que iba a ser un verano de cambiar cosas. El traspaso de Bane, pese a ser inesperado, suma dos jugadores de rol muy aprovechables y cuatro buenos picks a un equipo que ha sacado petróleo de elecciones a priori irrelevantes. Como, por ejemplo, la de Desmond Bane con el número 30 del Draft de 2020 al que accedieron a través de traspaso con los Boston Celtics.
¿Cómo encaja Desmond Bane en estos Magic?
Quitados de encima este par de asuntos, Bane es un fichaje perfecto para los Magic sobre el papel. La franquicia de Florida ya hizo un desembolso el curso pasado para asentarse en la élite del Este. La cual, bien lo saben en Indiana, cualquier año puede significar un salvoconducto a cosas grandes. Caldwell-Pope ha estado lejos del nivel esperado y Orlando no se podía permitir que ese fracaso y las lesiones que los han vapuleado estancasen el proyecto.
Bane casa de maravilla con la idea principal del equipo. Probablemente los Magic hubiesen preferido un alero de mayor tamaño para sumar a su ya de por sí portentosa rotación defensiva. Ahora bien, es complicado encontrar un perfil que sume la agresividad atrás de Bane mientras produce como él en ataque. Aunque el año pasado los Grizzlies se cayesen en la parcela defensiva, sobre todo fruto de acelerar el juego hasta cotas difíciles de alcanzar, el escolta ya ha sido pieza importante de grupos de mucho potencial atrás. Basado sobre todo en la agresividad sobre manejador y líneas de pase.
Una versión que ha ido perdiendo fuelle en las dos últimas temporadas pero que es lógico pensar que podría volver en una cultura como la de estos Magic.
En temporada regular, los Magic han sido la segunda mejor defensa de la competición, solo por detrás de OKC Thunder. Un equipo histórico a la hora de provocar pérdidas al rival, produciendo 16,8 extravíos por cada cien posesiones. Orlando produjo 16,7. El caso es que llevan a los rivales al error de forma diferente, ya que más allá de Jalen Suggs, fuerzan las posesiones rivales especialmente a través de ahogar al rival una vez pone un pie en el perímetro a base de tamaño. Bane no es exactamente eso, pero sí aporta un perfil que arrojar al base rival para conformar un backourt híperversátil defensivamente junto a Suggs y Anthony Black.
Pero la razón por la que los Magic se han arrojado a por el escolta está al otro lado de la pista. Orlando necesitaba a un tirador exterior de garantías como el comer. Y Desmond Bane tiene un promedio del 41% de acierto exterior en su carrera. Solo esto supone un desahogo mayúsculo para un equipo que sufre para crear juego a media pista y generar pasillos interiores para que Franz Wagner y Paolo Banchero los puedan percutir.
Acelerador de partículas Bane
Ahora bien, el ex de los Grizzlies va más allá de eso. Para empezar, como un acelerador natural del juego. Porque de Bane lo primero que se pone de relieve es su capacidad de tiro, pero lo que le diferencia del resto de tiradores es la velocidad. El escolta es el resultado de meter un motor Ferrari en el capó de un Smart. A campo abierto, hay poquísimos jugadores que alcancen su velocidad punta cuando baja el centro de gravedad de un cuerpo más típico de running back que de jugador de baloncesto. Combinado además con una capacidad inusual para frenar en seco y levantar el tiro ya sea después de recibir o tras bote.
Estas características deberían alimentar un juego en transición demasiado pobre para los intereses de Orlando. Los Magic vienen de atacar 17,9 posesiones por encuentro en transición, quinto dato más bajo de la temporada. También en porcentaje de frecuencia. Insostenible para un conjunto que produce 91,5 puntos por cada cien posesiones a media cancha. Cuarto peor dato de la regular (datos de Cleaning the Glass) que les abocó a ser el cuarto peor ataque de la competición (108,9 puntos por cien posesiones). Además, cuando lograban transitar, su efectividad también palidecía, produciendo tan solo 1,02 puntos por posesión a campo abierto. Para poner en perspectiva, en la 2023-24, Bane produjo 1,26 puntos por posesión de este tipo.
Agua en un desierto a media cancha
Las dificultades creativas de Orlando podrían llevar a pensar en la necesidad de un manejador dotado en la organización. Pero lo cierto es que los Magic ya cuentan con tres jugadores que pueden generar desde el bote y a los que urge dotar de un contexto que facilite su toma de decisiones. Bane puede ejercer labores como manejador y ha crecido bastante ahí en estas dos últimas temporadas, aunque con intermitencias. Lo que sí puede aportar desde ya es un dinamismo desconocido en el sistema de Orlando. El escolta gusta de estar en continuo movimiento durante los ataques de sus equipos. Ya sea para recoger un mano a mano del pívot y poner rumbo al aro, trabajar lado débil sobre bloqueos indirectos o, la parte más interesante para los Magic, acudiendo a bloquear él mismo.
Bane es un especialista en aquello denominado como ghost screen (o bloqueo fantasma) . Que no es otra cosa que amagar con poner una pantalla para, sin contactar o contactando mínimamente con el defensor sobre balón, abrirse al triple para generar confusión en la defensa. Una variante que debería ser crucial en el desarrollo ofensivo del equipo.
Contar con una pieza así pondrá a prueba la creatividad de Jamahl Mosley a la hora de parir un buen ataque. El entrenador ya ha sido puesta en tela de duda durante este curso a pesar de haber situado al equipo en la élite defensiva desde que puso un pie en su banquillo. Ahora, deberá demostrar su capacidad para crear un esquema de ataque que al fin saque partido a sus piezas más importantes. Porque, bien aprovechado, la llegada de Desmond Bane debería suponer el siguiente salto en el desarrollo de Banchero, Wagner y Suggs. Que se van a encontrar con un anotador ligero como el que no han gozado en su corta trayectoria.
(Fotografía de portada de Orlando Magic vía X)