El primer partido de las Finales de la NBA devolvió a Mike Budenholzer a una difícil encrucijada y reavivó los fantasmas instalados en Wisconsin durante las últimas temporadas.
Las decepciones sufridas en las anteriores ediciones de los playoffs habían empujado a la directiva a exigirle al técnico algunos cambios en el sistema defensivo con el objetivo de hacer frente a un estilo de cambios constantes de asignación que se ha popularizado en los últimos años.
La petición popular consiguió su propósito. Los Bucks utilizaron la regular season para trabajar esta modificación del sistema. Y aunque su rendimiento defensivo se vio reducido fruto del aprendizaje intrínseco, las recientes series de post-temporada sirvieron como verdadera prueba de fuego. Las tres primeras eliminatorias fueron solventadas con nota pero el primer duelo ante los de Arizona ha desvelado algunas fisuras.