El debate: ¿Danny Ainge es demasiado conservador?

Danny Ainge es una persona prudente. Casi cicatera, si me permiten la expresión. Muchos equipos aprovecharon el trade deadline para dar una pincelada a sus plantillas. Otros, en menor cantidad, se sirvieron de los vestigios residuales del mismo para incorporar una última pieza entre todas aquellas que se quedaron sin sitio o fueron desechadas vía buyout. Los Celtics no estuvieron entre ellos. Ni entre los primeros, ni en este último grupo.

El general manager admitió que quiso hacer algunos movimientos antes de la fecha límite para traspasos. Sin embargo, las franquicias con las que negoció solicitaron como contrapartida un precio que Ainge no estuvo dispuesto a pagar. “Hubo algunos intercambios que me hubiera gustado hacer. Pero eran buenos jugadores y los equipos no querían renunciar a ellos a cualquier precio”, declaró en una entrevista a Steve Bulpett, periodista del Boston Herald.

Recientemente, Ainge explicó por qué tampoco decidió mover ficha y apostar por alguno de los descartes de los equipos de las últimas semanas. El asunto se resuelve en dos puntos. El primero, el equipo no necesita más refuerzos, sino tener a todos los jugadores sanos.  Y segundo, los problemas de química y la dificultad de ensamblar dentro del sistema a un jugador en plena disputa de la temporada.

«El hecho de que haya jugadores disponibles en el mercado no significa que mejoren el equipo. Tengo la impresión de que no son jugadores tan buenos como la gente cree que son», explicó Ainge al programa radiofónico Toucher & Rich de The Sports Hub. “Los aficionados esperan al jugador que eran hace dos o tres años y no obtenemos lo que realmente necesitamos, que es presencia defensiva, jugadores que conocen nuestro sistema y jugadores que saben lo que somos.”

Sin embargo, existen datos que apuntan a que quizá si sea necesario reforzar el roster, principalmente la segunda unidad. El banquillo de los Celtics tan solo produce 27,4 puntos por partido, el segundo peor registro de toda la NBA. En el encuentro ante Utah, el quinteto inicial de Boston anotó 98 de sus 114 puntos. En el último contra los Lakers, 101 de los 112 totales. Esta madrugada, entre Langford, Wanamaker y los dos Williams tan solo pudieron aportar 17 tantos en la derrota ante los Thunder. Parece obvia la urgencia de contar con mayores recursos ofensivos desde el banquillo. Ainge, por el contrario, no lo cree así.

«No, la anotación no es lo más importante en un equipo. En nuestro equipo en los años 80, no pensábamos ‘Necesitamos anotación en el banquillo’. No, no lo necesitas. No cuando tienes cinco titulares que están anotando 120 puntos por partido. No hemos podido empezar con nuestros cinco mejores jugadores en toda la temporada debido a las lesiones, por lo que nuestro banquillo se ha debilitado, así que estoy seguro que tenemos suficientes jugadores.»

“Muchos equipos ponen a su segundo o tercer mejor jugador en el banquillo», prosiguió. «Creo que eso siempre está sobrevalorado, anotar desde el banquillo. Creo que la profundidad es importante, pero hay que tener jugadores que encajen en sus roles». No sé qué pensarán los Clippers, los Heat o los Raptors, por poner tres ejemplos, de estas declaraciones.

Jayson Tatum, Gordon Hayward, Jaylen Brown y Kemba Walker conforman uno de los mejores juegos exteriores de toda la NBA. Pero aún sin las lesiones, la carencia de un revulsivo desde el banquillo es evidente. Más allá de dicho cuarteto, tan solo Marcus Smart aporta dobles dígitos en anotación (13,3) aunque los problemas físicos lo han situado como titular en 38 de los 52 partidos que ha disputado. Le siguen Daniel Theis (9,1) y Enes Kanter (8,4), los dos principales referentes de una pintura sobre la que también han recaído muchas dudas y críticas.

Sea como fuere, la inamovilidad de Danny Ainge puede poner en peligro la capacidad de éxito del proyecto. Si, es un buen equipo, versátil y repleto de juventud y talento. Pero necesitan una pequeña vuelta de tuerca. Esa dosis de riesgo que separa a un contender de una franquicia ganadora. Esa incorporación con la que dar un golpe de efecto aunque haya que poner sobre la mesa al Marcus Smart o Jaylen Brown de turno. Él mismo fue el gran protagonista hace más de una década en aquel verano en el que se hizo con los servicios de Kevin Garnett y Ray Allen. El pasado año a los Raptors le salió bien la jugada tras deshacerse de DeMar DeRozan, su jugador franquicia. Y en este, los Celtics están viendo como equipos como Milwaukee, Toronto, Miami, Filadelfia, Lakers, Clippers e, incluso, Utah e Indiana, les pueden superar por la izquierda. Nadie ganó nunca sin arriesgar. Ainge, ¿no eres demasiado conservador?

Queremos saber tu opinión

Retar la opinión de un tres veces campeón de la NBA (dos como jugador y uno como ejecutivo) en una de las franquicias más laureadas de la historia puede parecer hasta soberbio. Sin embargo, no puedo dejar de pensar de que Danny Ainge está siendo excesivamente conservador y que podría sacar mucho más de estos Celtics. Pero ahora lo que nos interesa es tu opinión, querido lector, ¿está pecando Ainge de tacaño?

Estamos encantados de poder conocer tu postura al respecto. Déjanos tu opinión en la caja de comentarios. ¡Te leemos!

(Fotografía de portada de Tim Bradbury/Getty Images)


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