Destripando tópicos: ¿realmente ha cambiado el All-Star Game?

Desde que tengo uso de razón, el All-Star Game de la NBA ha sido un momento de la temporada en el que ilusión y nostalgia conviven a partes iguales. Es cierto que la idea de juntar sobre una misma pista a los mejores jugadores de la liga suena bien hasta para el más suspicaz. Sin embargo, desde hace ya unas cuantas ediciones, son muchos los que señalan que la dejadez de la mayoría de jugadores convierte el partido en un mero trámite. La nostalgia por lo que un día fue uno de los eventos baloncestísticos más importantes del año invade a los aficionados.

Y es que todo fan de la NBA tiene en su recuerdo un All-Star idílico. Para algunos, el de 1993 se lleva la palma; con esa victoria ajustada y en la prórroga de la Conferencia Oeste capitaneada por Stockton y Malone por encima de un Este en el que militaban Ewing y Jordan. Otros aficionados más jóvenes prefieren el de 2001, con Allen Iverson liderando la victoria del Este por tan solo un punto de ventaja. Y a los más emocionales seguramente les vendrá a la mente el de 1992, cuando Magic Johnson volvió a las pistas tras su retiro.

Son muchas y variadas las historias que han salido del partido de las estrellas pero, prácticamente todos los seguidores coinciden en que la mística del partido ha cambiado. La opinión generalizada dice que los jugadores ya no se toman tan en serio el acontecimiento y que ha perdido emoción. En las últimas temporadas, incluso se han implementado nuevas reglas para fomentar la competitividad en el partido. Al menos en el último cuarto.

¿Realmente ha cambiado tanto el All-Star Game o es la nostalgia la que juega su papel y nos invita a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor? Con este artículo tratamos de descifrar cómo ha sido la evolución de una de las fechas marcadas en rojo en el calendario de cualquier aficionado de la NBA.

¿Se defiende menos?

Una de las principales premisas que sustenta la opinión de cualquier aficionado medio al hablar del deterioro del partido de las estrellas es la falta de defensa. Son muchos los que aseguran que si alguna vez existió una intensidad defensiva en este tipo de encuentros, ha desaparecido por completo. Lo cierto es que, en general, si echamos un ojo a algunos de los últimos partidos no podríamos hablar de la defensa, porque es inexistente. Pero, ¿qué nos dicen los números?

DécadaMedia puntos por equipo
1950101,6
1960124,1
1970118,5
1980135,5
1990125,0
2000130,1
2010158,5
2020*158

Como podéis ver, los puntos anotados por cada equipo en el All-Star Game han variado según la década. A diferencia de las tres primeras, se divisa un aumento claro de la puntuación media por partido de cada equipo a partir de la década de los 80, se puede deducir que por la implantación del triple. Este aumento responde a un factor lógico. Sin embargo, el incremento de puntos por equipo que hemos presenciado en las últimas décadas no tiene ningún tipo de sentido.

El período comenzado a partir del 2010 marcó un antes y un después en el All-Star Game. Es cierto que este tipo de eventos siempre han tenido una tendencia a puntuaciones altas, pero los más de 150 puntos de media por equipo resultan provocativos para el aficionado más clásico. La defensa en algunos de estos partidos fue prácticamente nula, al menos hasta los instantes finales. Especialmente sangrantes fueron los duelos de 2016 y 2017, con equipos rondando los 200 puntos y partidos convertidos en prolongados concursos de mates.

¿Los partidos tienen emoción?

Con las últimas medidas adoptadas se puede intuir que la NBA ha dado la guerra de la defensa casi por perdida, de ahí que en las últimas dos ediciones hayan aplicado un nuevo formato que trata de asegurar la emoción en los últimos minutos. Desde el 2020, en el último cuarto no hay una duración determinada, ya que se juega hasta que uno de los dos equipos alcance una cantidad concreta de puntos. Esta reforma trata de asegurar el interés pero, ¿por cuántos se decidían los All-Star Game anteriores?

Fuente: @JuandiRgz

Como se puede observar, paradójicamente la cantidad de puntos por la que se han decidido estos partidos tampoco era el principal problema de los últimos diez años. Sin ir más lejos, los añorados partidos de las estrellas de los 90 tienen una media más alta de diferencia de puntos entre ganador y perdedor. Cabe destacar que 6 de los 9 encuentros disputados en esta etapa -el All-Star Game de 1999 no se disputó debido al lockout– se decidieron por 10 o más puntos de distancia entre ambas Conferencias.

Si hubo una etapa realmente buena en el sentido de igualdad de estos partidos esa fue la década de los años 80. Con una media más baja de cualquier era, tan solo 6,8 puntos de diferencia media entre ambas Conferencias, marcó un tramo especial en la historia del evento. Cabe destacar que en este ciclo de diez años se vivieron tres All-Star Game diferentes que terminaron en prórroga (1980, 1984 y 1987), algo que solo ha sucedido seis veces en toda la historia.

Pero si hablamos de prórrogas no puede quedar sin destacar el partido de 2003, probablemente uno de los más emocionantes. Se trata de la única vez en la historia en la que se llegó a una doble prórroga en este encuentro. Finalmente fue la Conferencia Oeste la que se impuso con una actuación sensacional de Kevin Garnett, por aquel entonces jugador de los Minnesota Timberwolves. Otro argumento a favor de los nostálgicos: ese ha sido el último tiempo extra que hemos vivido en un All-Star Game.

Más allá de los récords

Dejando de lado el resultado del partido en sí, otro factor que despierta el interés del aficionado en este tipo de eventos son las actuaciones individuales. Muchos aficionados recuerdan exhibiciones como las de Isiah Thomas en 1986, Michael Jordan en 1988, Magic Johnson en 1992 o Kobe Bryant en 2011. Pero en los últimos años, ¿han buscado los jugadores inflar su legado con actuaciones históricas en este tipo de partidos?

MVPAÑOPTSREBAST
Kobe Bryant201137143
Kevin Durant20123673
Kyrie Irving201431514
Russell Westbrook20154151
Anthony Davis201752100
Giannis Antetokounmpo20213573

Lo cierto es que, en las últimas temporadas se han visto un número de actuaciones destacadas desproporcionalmente alto. Muchos han sido los jugadores que, aprovechando la baja intensidad, han utilizado este partido para sumar hitos históricos. Sin ir más lejos, en el 2017, Anthony Davis consiguió el récord de más puntos anotados en un partido de las estrellas (52). La anterior marca la tenía Wilt Chamberlain y La Ceja le superó por 10 puntos de diferencia. Algo difícil de explicar.

Otro de los récords que ha caído en la última década, este con más razón de ser, ha sido el de triples en un All-Star Game. Paul George consiguió 9 en el año 2016. Le acompañan en la lista Kawhi Leonard, Carmelo Anthony y James Harden, todo jugadores de esta generación.

Lo cierto es que, realizando una mirada general a los números, los más puretas tienen motivos para quejarse de que el individualismo ha transformado un bonito acontecimiento en una batalla de egos. Adam Silver seguirá buscando la fórmula que consiga devolver la esencia de la competitividad al All-Star Game. Mientras tanto, nos queda disfrutar desde casa de unos, al menos, de los emocionantes últimos cuartos.

(Fotografía por Elsa/Getty Images)


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