Por cómo han ido sucediéndose las cosas, la temporada de los Celtics vive en la mente del aficionado como una continuación directa de lo visto el curso pasado. Un crescendo perfecto que inicia en enero de 2022 y hace un único alto en el camino con la derrota en las últimas finales. Incluso el forzado relevo en los banquillos se ha digerido con cierta normalidad. Pero lo cierto es que el equipo de Boston ha cambiado. Y mucho. Sobre todo obligados por las trascendentales bajas a las que se han enfrentado los verdes.