LeBron, Aldridge, Millsap… pongamos la edad en valor

Hay días en que me siento con el vigor de un personaje de Marvel, especialmente cuando renuncio a coger el ascensor y subo los peldaños de las escaleras hasta mi casa de tres en tres. Luego veo a LeBron James en una cancha de baloncesto y se me pasa. Tengo 33 años.

Hce dos noches, tocaba no mirar la hora y sí trasnochar un poco. Mínimo, hasta el ecuador del Nets-Bucks. No todos los días arranca una nueva temporada y no podía dejar que el post más cursi de nbamaniacs cayera en papel mojado. Además, quería volver a ver a Anteto, Middleton y a Jrue en su lucha de poder con Harden y Durántula. Pero quienes más me intrigaban de los presentes en el Fiserv Forum no estarían ahí de inicio. Saldrían desde la segunda unidad. Eran Paul Millsap y LaMarcus Aldridge.

Uno, venido de Denver Nuggets. El otro, de hacerle un crossover al retiro. El primero tiene 36 años y cumplirá los 37 en febrero. El otro hará lo propio cuatro meses después, en julio. Y ambos, además de año de nacimiento, comparten Draft, el de 2006. Es entonces al decidir darte un paseo por dicha hornada (y alguna que otra anterior y posterior), cuando te das cuenta del verdadero mérito de que este par de ex All-Stars sigan en pista, con la capacidad de rendir como todavía lo hacen, y haciendo de un contender, los Nets, aún más contender.

Engrasando el 4 latas

El de anteayer estuvo lejos de ser el reestreno soñado de LaMarcus: hizo un airball, le pitaron faltas en ataque propias de un novato, llegó tarde a los punteos, no le funcionó el mid-range y falló 3 de los 4 tiros libres que intentó. Un desastre. Sin embargo, como decía Damiel en la retransmisión, estamos, sin lugar a dudas, ante uno de los mejores jugadores en la media distancia desde que el balón es redondo. Y tratándose de un interior cuyo físico nunca ha sido diferencial, lo lógico es que siga regalándonos noches de acierto notable desde los 4-5 metros, su rango predilecto. En los 15 minutos frente a Milwaukee, aparte de lo dicho, se le vio fino en las pantallas y bloqueos, así como haciendo el balance defensivo. No es el de Portland, claro que no, pero Aldridge está lejos de ser aún un ex jugador de la NBA.

Algo parecido podríamos decir de Millsap, que en su mejor highlight del martes aparece no de ejecutor, sino como víctima, en este caso, de Jordan Nwora y su audaz robo de balón de las manos del PF para mandarlo directo a la red. No obstante, a Millsap sí se le ha notado durante la pretemporada el ritmo competitivo, el cuál viene de estirar hasta las semifinales del Oeste (ahí barridos por los Suns), aunque viendo su impacto claramente disminuido respecto a la fase regular (de los 20 a los 12 minutos de promedio). Aún así, en los amistosos de reactivación dio pistas contundentes de estar listo para darnos acción.

Esto me hizo recordar a aquella contestación magnífica de Kevin Durant cuando una vez le preguntaron que «qué diferencia había entre salir jugar a los 20 años y a los 28 años», y éste respondió que es capaz de hacer exactamente los mismos mates, con el mismo salto y virulencia, ahora que antes; pero con una única salvedad: que ahora debe estirar bien y mucho al levantarse por las mañanas para evitar que le pegue algún tirón en el proceso.

Aldridge y Millsap: haciendo asanas hasta Navidad. Y de ahí a mayo, a quemar rueda.

La bestia

LeBron, el más viejoven de los tres (sopla los 37 en diciembre) es otra película. Otra escala. Otra liga y, por qué no, otro planeta. Como diríamos de pequeños cuando algún mayor abusaba de nosotros en cualquier juego: «no se vale». Y es que no se vale, LeBron, hacernos parecer al resto, veinte y treintañeros, pacientes VIP de geriátrico sólo que sin pensión ni tarjeta dorada. Y además, a diferencia de CR7, cuyo culto al cuerpo trae al cocinero del United por el camino de la amargura (dice que antes se mete a encofrador que incluir el bacalhu en el menú semanal), el Rey no perdona un ‘Taco Tusday’ mientras sigue haciendo en pista sus barbaridades de Play Station.

El Draft de LeBron (y el de Melo, ojito), es el de 2003. Y con el asterisco no menor de que el de Akron llegó a la NBA directo del instituto, lo que le daba un año más de renta respecto a los NCAA freshman del one and done, veamos, por dotar de contexto, cuándo se les acabó el tanque a otros jugadores de su misma o similar añada y draft. Sólo algunos ejemplos.

Draft 2003

  • Darko Milicic: 36 años. Número 2 del Draft. Pimpollo del Kickboxing. Dejó el baloncesto en 2014.
  • Chris Kaman: 39 años. Número 6 del Draft. Anunció su retirada en 2015.
  • Luke Ridnour: 40 años. Número 14 del Draft. Los Hornets de la 2014-15 fue su última aventura.
  • Boris Diaw: 39 años. Número 21 del Draft. Su culo y calse aguantaron hasta la 2016-17.
  • Carlos Delfino: 39 años. Número 25 del Draft. Abandona el máximo nivel en 2013; hoy aún milita en la liga italiana.
  • Kendrick Perkins: 36 años. Número 27 del Draft. Prácticamente retirado desde 2016. Hoy, tu broadcaster favorito.
  • Leandro Barbosa: 38 años. Número 28 del Draft. Tras la 2016-17 baja el pistón y emigra a la NBB de Brasil. En 2020 cuelga las zapas y se une al staff técnico de los Warriors.
  • Jason Kapono: 40 años. Puesto 31 del Draft. ¡Qué lejos quedan los concursos de triples y aquellos Lakers de 2012!
  • Luke Walton: 41 años. Puesto 32 del Draft. Echó el candado en la 2012-13 con los Cavs. Hello, Kings coach.
  • James Jones: 41 años. Puesto 49 del Draft. Fiel escudero del rey hasta la 2016-17. Un GM de los subcampeones por aquí.
  • Kyle Korver: 40 años. Puesto 53 del Draft. Sus últimos chofs datan de hace dos campañas. No retirado oficialmente. ¡¡Vuelve, Kyle!!

Draft 2006

  • Andrea Bargnani: 35 años. Número 1 del Draft. ‘Il Mago’ rindió con la NBA en 2016 y se mudó a España
  • Adam Morrison. 37 años. Número 2 del Draft. No hace falta hacer leña del árbol caído.
  • Tyrus Thomas: 35 años. Número 4 del Draft. En 2015 cruza el charco para probar fortuna en el viejo continente.
  • Randy Foye: 38 años. Número 7 del Draft. Aguantó a buen nivel hasta el final, la temporada 2016-17.
  • Rudy Gay: 35 años. Número 8 del Draft. Sigue en activo y muy en forma. Otro superdotado en esto.
  • Thabo Sefolosha: 37 años. Número 13 del Draft. Se rindió a las lesiones hace un año. Murió matando.
  • Steve Novak: 38 años. Puesto 32 del Draft. ¿Recordáis Linsanity? Pues su ‘prime’ y ‘ciao’ coincidieron más o menos ahí. Luego anduvo de migaja en migaja hasta 2017.

Los pocos supervivientes (2003-06)

Estos son solo algunos casos de los nombres más representativos y que han logrado hacer (cierta) carrera en la NBA. Muchos otros de sus colegas de promoción, a pesar de haber sido drafteados, mueren pronto en el anonimato incapaces de cumplir las expectativas que requiere jugar de continuo al más alto nivel.

Del Draft 2003 sólo dos jugadores quedan en activo. LeBron y Carmelo. El segundo asentado de nuevo como un sólido jugador de rotación, mientras que al primero no hay melé que lo saque de las quinielas al MVP.

Del Draft 2004, la liga aún conserva a tres: un rejuvenecido Dwight Howard, a Andre Iguodala, otro inmortal, la última chispa de Trevor Ariza… y deja de contar… Emeka Okafor, Ben Gordon, Andris Biedriņš, Kris Humphries, Sasha Vujačić o Beno Udrih suenan a algo demasiado vintage, aunque hay otros, como J.R. Smith, Shaun Livingston, que si figuran aún como pérdidas recientes.

El de 2005 es un Draft donde cupo de todo: desde jugadores aún capaces de embolsarse más de 40 millones al año y conducirte hacia el título, como Chris Paul, a Charlie Villanueva o Andray Blatche, que en mi mente aparecen en una mecedora contando sus batallitas de jóvenes con Bartolomé de las Casas. Andrew Bogut, Deron Williams o Andrew Bynum, Nate Robinson, David Lee o Jarret Jack también pertenecen a este draft. Junto a Paul, Gerald Green, actualmente agente libre, podría ser su último superviviente.

Cerramos con el Draft 2006, donde a Brandon Roy le liquidaron las rodillas mientras a los demás el cruel paso del tiempo. Rajon Rondo y Kyle Lowry here! La longevidad en menos de 1,90. También aguanta, y de qué manera, Pedro J. Tucker. Son las últimas botellas de un vino que hace tiempo empezó a picarse. Shanon Brown, Jordan Farmar, Ronnie Brewer, Renaldo Balkman… es como estar leyendo la lista de los reyes godos. Sólo añoro a uno, de adiós imprevisto. J.J. Redick.

Y mejor dejarlo ya y no meternos en el de 2007, porque si os digo que a él pertenecen Josh McRoberts (34 años), Tiago Splitter (36 años) Joakim Noah (36 años) o Spencer Hawes (33 años) puede que termine de cortocircuitaros la cabeza.

(Fotografía de portada de Gregory Shamus/Getty Images)


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