Somos diferentes

Ha vuelto la NBA. Y no sé vosotros, pero yo me lo he pasado en grande.

Los Raptors recibieron los primeros anillos de su historia (entre ellos, Scariolo, Serge Ibaka y Marc Gasol), el primer partido de la temporada acabó en la prórroga y el calendario nos regaló, para cerrar una noche mágica (mejor que la Navidad o la noche de Reyes para los que seguimos esta liga), la primera batalla de L.A. Y el plato fuerte no decepcionó.

Para esta primera columna de la temporada, me quedo con el grito de libertad de los Clippers. El ‘patito feo’ de Los Ángeles quiere dejar de serlo, y se sacude el púrpura y oro que invade cada rincón de la ciudad (y del pabellón, aunque los locales fueran ellos) con toda la fuerza y la energía del mundo. ¿Cómo? Vendiendo diferencias. Desde el principio y hasta el final.

Grit Over Glam (lucha por encima de glamour)
Streets Over Spotlights (las calles por encima de los focos)
Squad Over Self (el equipo por encima de uno mismo)
We Over Me (nosotros por encima del yo)

Esas fueron las frases con las que fue presentado el equipo. Frases que en otro entorno o con otra plantilla podrían parecer típicas motivacionales vacías, pero que en este caso, para este equipo y en ese entorno, definen perfectamente la situación.

Segundos después del vídeo de presentación y antes de que arranque el partido, Kawhi Leonard (sí, Kawhi) agarra el micrófono para dirigirse a los más de 19.000 asistentes que abarrotan las gradas del Staples. Y dice los siguiente: «Hey, hey hey. Va a ser una gran temporada. Vamos a trabajar muy duro cada noche. Y vamos al lío». Pocas palabras, pero subrayado el trabajo. Otro pequeño aviso de lo que significa, de lo que va a ser este equipo.

Acto seguido se encienden las luces del Staples. Aparece una cancha con las zonas negras, las bandas negras y el logo, habitualmente relleno de blanco y con las letras en azul y rojo, negro. Solo negro y madera, con las palabras ‘Staples Center’ en rojo, como grabadas en sangre en cada uno de los laterales. Es, evidentemente, otro mensaje.

Y después, Beverley, Harrell, Kawhi, Lou, Harkless… Rebotes, robos, gritos y carreras. Todo bajo el nuevo lema de la franquicia: L.A. Our Way.

Los Clippers, que además se llevaron el partido (aquí os dejo el enlace a la crónica), abrieron ayer de par en par las puertas de lo que va a ser durante todo el año una sucesión de batallas de poder a poder en Los Ángeles. Y lo hicieron con un mensaje muy claro que empezó fuera y después se traslado a la cancha: somos la lucha, el trabajo oscuro, la intensidad, el equipo, la defensa…

Somos los colmillos (el guión) del año pasado, pero con Kawhi y Paul George (ayer, por cierto, de traje brillante y pajarita). Somos el ‘coco’. Y, sobre todo y por encima de cualquier otra cosa, somos Los Ángeles, pero somos diferentes.

La guerra ya ha empezado.


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