Un paso atrás, dos hacia delante

¿Como llegará Kawhi? ¿Estará preparado Nick Nurse? ¿Cómo afectará la salida de DeRozan a la plantilla y a los aficionados? ¿Quién dará un paso hacia delante en Toronto? ¿Habrán acertado los Raptors apostando por el alquiler de Leonard?

Antes de que arrancara la temporada solo teníamos preguntas sobre la nueva etapa de la franquicia canadiense. Dos semanas después, tenemos todas las respuestas. Respuestas contundentes y más que positivas. Y en el centro de todas ellas, tres nombres: Kawhi Leonard (a un nivel espectacular desde el primer día), Nick Nurse (responsable de uno de los movimientos de piezas más interesantes de lo que va de temporada) y Kyle Lowry, protagonista hoy de esta columna.

Se marchó su gran amigo y compañero de batallas. Lo hizo contra su voluntad, por la puerta de atrás. Y la reacción del ‘7’ de los Raptors ha sido mucho más que ejemplar. Diría incluso que ha sido ya decisiva para el presente del equipo y que es también la mejor baza de la franquicia para retener a Kawhi el próximo verano. Así de importante…

Con Kyle Lowry y DeMar DeRozan, los Raptors buscaban un one-two punch, una dupla de estrellas en el backcourt, ambos capaces de generar tanto para sí mismos como para los demás (DeRozan cada día lo hace más). Ahora han cambiado las cosas… Y bien sabemos que tenían que cambiar.

Desde su primer minuto juntos en cancha, Lowry ha entendido que el cetro es de Kawhi. No hay duda alguna: es el mejor jugador de largo. Pero eso no quiere decir que que la interpretación fuera sencilla… Lowry podía haber intentado destacar más, quedarse con x posesiones, gritar un aquí estoy yo y esta es mi casa (que lo es, por otra parte)… Pero ha sido mucho más inteligente que todo eso y ha buscado y encontrado el éxito colectivo.

¿El mejor Lowry?

Más generoso que nunca, arropado en defensa (Green, Siakam, el propio Kawhi…) y comodísimo en el papel de segundo espada por detrás de una gran estrella en ataque, puede que Lowry esté jugando el mejor baloncesto de su carrera.

No fuerza ningún lanzamiento innecesario, anota cuando tiene que hacerlo, entiende mejor que nunca los ritmos de los partidos y está, sin dejar de sumar sus puntos (+18 por partido) en las mejores marcas de su vida en tiros de campo (+50%), triples (+42% pese al 0/9 del lunes ante los Bucks) y asistencias (11 cada noche, líder de la NBA).

En esto último, que es quizás lo más importante y sobre lo que podríamos hablar mucho más (el impacto es tremendo: líder indiscutible en puntos generados con sus pases), ha sido clave la modificación de Nick Nurse a la que hacía referencia al principio: Ibaka es un cinco y no comparte ni un solo minuto en cancha con Valanciunas. Esto se ha traducido en velocidad, versatilidad, movimiento y espacios. Y cómo lo está entendiendo y disfrutando Lowry…

Es el juego, los números, las victorias, el lenguaje corporal… Pero sobre todo la actitud. Oro puro en manos de unos Raptors que se frotan las manos ante una temporada que puede volver a ser histórica para la franquicia pero que, sobre todo, puede ser el comienzo de un proyecto devastador con un Top-5 NBA al frente y un perfecto escudero (en el mejor sentido de la palabra) de auténtico lujo.

Un paso atrás, dos (o tres) hacia delante.


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