Play-in (9º vs 10º): crueldad vibrante a una sola carta

Ni siquiera es un Game 7, donde la serie avanza cocinándose a fuego lento, permitiéndote experimentar sabores y ajustar con especias aquí y allá. El play-in es un guiso de seis meses con el riesgo mortal de que, en el último instante y mientras colocas la mise en place, se cuele un elefante en la cocina y derrame sobre la olla el tarro entero de tabasco.

Un formato espectacular, vibrante y delicioso para el espectador medio carente de lazos sentimentales ni vínculos emocionales que lo hagan sufrir.

Un formato igualmente cruel para ocho equipos que han dado esquinazo al tanking o que han tenido la desgracia de descolgarse de los puestos altos de la tabla. Un doble match ball para cuatro de ellos. Derecho a un traspiés con su repesca para los otros cuatro.

Play-in: un neoconcepto escrito casi por accidente. Dos palabras de acuñación pandémica que dan para mucho escribir durante la temporada pero que en tres días y cuatro zarpazos habrán tocado a rebato, dando el pistoletazo para que arranquen los playoffs de toda la vida. Unos playoffs en los que, como revulsivo improbable, el 10º de su conferencia aún puede erigirse en campeón de la NBA.

Win or go home’: Spurs, NOLA, Hornets y Hawks

Mientras los séptimos y octavos clasificados afrontaron anoche su primer strike (Nets, Cavs, Wolves y Clippers), estos cuatro de arriba (se la) juegan hoy. Tener un mal día o haber dormido mal, no es una opción. Resbalar, no es una opción. Quejarse de que no te entraron los triples, no es una opción. Escupir bronca hacia los árbitros, no es una opción. Dejar respirar al contrario, no es una opción. No puntear ese tiro lejano y cualquier otro, no es una maldita opción.

Los match ball no entienden de excusas. Y aún así… aún así el opositor más curtido puede tener un día gris ante el tribunal. Hay situaciones que por más que las ensayes, por más que las entrenes, por más simulacros que improvises, no te garantizan el éxito llegado el día; ese en que la realidad, como un alud de presión incontenible, se abalanza sobre tí.

Ni un sherpa consumado Gregg Popovich, entrenador con más victorias en la historia de este deporte, se atrevería a negar que en escenarios como el que se nos viene, cualquier cosa puede pasar. Plantear el partido perfecto no es antídoto suficiente para evitar ese par de muñecas on fire en tu oponente en la noche menos deseada. Win or go home. Un vendaval de básquet furioso y salomónico dónde suerte y buen hacer se disputan el protagonismo casi en pie de igualdad.

Spurs vs NOLA

(Prácticamente) nadie contaba en estos play-in 2022 con unos Spurs en reconstrucción y estos Pelicans sin Zion Williamson. Unas peanas reservadas a Lakers (el chasco del año), Blazers (el otro chasco), e incluso Kings (el eterno chasco). Pero ambos de los presentes se lo han ganado por méritos propios.

Los Pelicans dando un giro tan radical como inesperado a un curso que parecía entrar en barrena nada más arrancar, y demostrando que son más equipo que el hype vacante de Zion. Con Brandon Ingram y Jonas Valanciunas echándose el equipo a la espada, desde la cúpula directiva supieron oler la oportunidad y reaccionaron a tiempo consiguiendo el traspaso de C.J. McCollum, dotando de pólvora el perímetro de los Pels. El intercambio de Josh Hart por C.J. tenía lugar un 8 de febrero; pues bien, desde entonces, el ex escolta de los Blazers ha sido el máximo anotador de su nuevo equipo en 16 de 27 encuentros posibles.

No sólo eso, en las tres ocasiones que se ha medido con los Spurs vistiendo ya los colores de NOLA, les ha endosado 29,3 puntos de media. Mucho trabajo por delante para Dejounte Murray y Devin Vassell, quienes se perfilan como sus dos lógicos marcadores.

Pero en caso de que logren reducirlo, los Pelicans tienen otro As en la manga: Jonas Valanciunas lleva siendo, desde su último año en Toronto, un tipo de lo más sólido en la pintura. Al menos a nivel ofensivo, superando con facilidad los 15 puntos por encuentro. Contra San Antonio, si a Willie Green le da por explotar esa veta, pueden ser fácilmente 25/30. Los tejanos, con Keldon Johson y Jakob Poetl en el eje interior, cuentan con uno de los frontcourts más dinámicos en ataque pero también uno de los más ‘blandos’ atrás. El austriaco no es un gran defensor y a Johsnon le penaliza su falta de estatura. El sistema de ayudas que plantee Pops va a tener que rendir a tiempo completo para anular los peligros que se direccionen tanto en la pintura como en sus aledaños.

¿El dato que revienta gran parte de lo anterior? Spurs y Pelicans se han visto las caras cuatro veces en RS y el balance sonríe 3-1 a los de Pops. El ritmo rápido de los tejanos (sí, en San Antonio ahora se corre) se ha impuesto al básquet más estático de su primer escollo en play-in. Velocidad y mucha disciplina. Los Spurs, también, ganan en el triple mientras que los Pels dominan el mid-range. Si hay final apretado, ojo a las faltas porque en NOLA son expertos en forzarlas (6º en la NBA) y los Spurs de los que más yerran en el tiro libre (25º).

Brandon Ingram se estrena en sus primeros playoffs mientras que Dejounte Murray se presenta a la cita dispuesto a seguir aumentando en su liderazgo tras debutar en el All-Star.

Ambos equipos llegan en una racha estupenda de resultados: New Orleans disfruta de un balance positivo desde el fichaje de C.J. (15-14), mientras que los de Pops han apretado al acelerador para adelantar a los Lakers en un estupendo esprint final (7-4).

Loonie Walker IV e Ingram son duda (lo normal es que fuercen por estar), mientras que no hay rastro del culo de Zion.

Partidazo en el Smoothie King Center donde la afición de los NOLA se volcará para convertirse en el ‘and one’ del parquet.

Hawks vs Hornets

43-39: es el balance con que terminaron estos dos equipos, Atlanta y Charlotte, novenos y décimos respectivamente de la Conferencia Este. Un equipo que viene de ser finalista contra otro que ni siquiera se clasificó para los playoffs la pasada temporada. Pero un año después la igualdad es máxima (2-2 en regular season) y las espadas están en todo lo alto.

Es Hawks vs Hornets pero también (es inevitable) es Trae Young vs LaMelo Ball. Dos jugadores que al comienzo de sus carreras se les acusó de priorizar su lucimiento personal por encima de los fundamentos, pero que han terminado demostrando que efectividad y efectismo no sólo van de la mano, sino que lo segundo puede multiplicar el valor de lo primero.

Dos jugones y grandes dominadores del básquet ofensivo, acompañados de otro par de vestuarios a quienes también se les da mucho mejor atacar que defender. Baloncesto a campo abierto y cielo descubierto en fase regular que, es probable, muestre cierto contraste en la madrugada de hoy, donde tanto James Borrego como Nate McMillan querrán poner el foco en su retaguardia dado el carácter de excepción.

En el ataque, parcela en que ambos conjuntos sacan pecho, los Hawks pueden presumir algo más. Young ha cerrado el curso regular como el máximo anotador de toda la NBA, con 2.155 puntos (28,4 de media), y los Hawks con el 2º mejor offensive rating (115,4) por el 8º de su rival de hoy (113,6).

Si bien, como ya hemos dicho, factores tan volátiles a un sólo partido como el tino desde el triple, el control de las faltas (ya vimos ayer lo que le pasó a Towns) o el cuidado del balón pueden aparentar cierta imprevisibilidad, no podemos obviar datos como que los Hawks, a pesar de tener un fun player como Trae, son el equipo que menos pérdidas comete de todo el circuito, reduciendo al mínimo el número de ataques en transición de su oponente, un dato que no gusta nada a Lamelo y Briges con lo que disfrutan a la contra en la anarquía del galope.

Sí hay, no obstante, un hecho objetivo y de impacto cuantificable. A los dos equipos les falta uno de sus cracks por lesión. A los Hawks John Collins, y a Charlotte Gordon Hayward. De un impacto mayor, a priori, la de este segundo, si tenemos en cuenta el (poderoso) fondo de armario de Atlanta, con armas casi infinitas para anotar, y el complicado encaje que venía teniendo el ‘4’ en la alineación.

Noche pareja donde, sobre el papel, las quinielas se inclinan ligeramente del lado de Atlanta gracias a su reciente experiencia en playoffs, la mayor veteranía de su plantilla y la ventaja del factor cancha, habiéndose mostrado extremadamente fuertes en casa en este tercio final de temporada regular (19-3).

Gallo, Bogdanovic, Huerter, Capela, Hunter, Okongwu, Oubre, Rozier, Harrell… ¿Isaiah Thomas? Demasiados actores secundarios con potencial para erigirse en grandes protagonistas en una noche sin tregua.

Una noche donde la bandera blanca no tiene espacio para hondear.

(Fotografía de portada de Ronald Cortes/Getty Images)


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