Previa NBA 2018-19: Houston Rockets

Previa de la temporada NBA 2018-19 sobre Houston Rockets. Datos, resultados de la temporada anterior, un vistazo a su plantilla y a sus futuros agentes libres, los objetivos del curso, el jugador a seguir y un pronóstico sobre la franquicia.

Houston Rockets

Balance 2017-18: 65-17 (1º en el Oeste, clasificados para los playoffs).

Entrenador: Mike D’Antoni (3ª temporada).

Agentes libres más importantes en 2019: Carmelo Anthony, Michael Carter-Williams, Gerald Green, Bruno Caboclo.

La plantilla

Altas: Carmelo Anthony, Michael Carter-Williams, Bruno Caboclo, Marquese Chriss, James Ennis, Brandon Knight, Vincent Edwards (Draft), Isaiah Hartenstein, Rob Gray.

Bajas: Ryan Anderson, Trevor Ariza, Luc Mbah A Moute, Joe Johnson, Aaron Jackson, Demetrius Jackson, Isaiah Canaan, Tarik Black, R.J. Hunter, Chinanu Onuaku, Briante Weber, Troy Williams, Brandan Wright.

Siguen: Chris Paul, James Harden, Eric Gordon, Gerald Green, P.J. Tucker, Zhou Qui, Clint Capela y Nene Hilario.

Así encaran la temporada

Líderes de conferencia, mejor marca de la NBA y a un partido se quedaron de conocer en persona las Finales de la NBA tras su última aparición en 1995. La temporada 2017-18 de Houston Rockets resultó una sinfonía maestra solo detenida por la lesión de Chris Paul —otra más, en momento culminante— en el quinto partido de las finales del Oeste. Qué hubiera acontecido con el apeado point guard en los dos últimos envites de la serie queda en mitología pero la sensación del año entrante es idéntica a la del ya gastado: si alguien puede ganar a los Warriors, ésos son los Rockets.

La estrategia vacacional era unísona: retener a Chris Paul y Cint Capela a cualquier precio. Sin uno de los dos, el proyecto reseteaba muchas de sus terminaciones pero un máximo salarial para el base —será el segundo mejor pagado de la liga junto a LeBron— y una tonelada de millones tras tira y afloja para Capela consiguieron pegar el contrato de ambos a la nómina texana.

A pesar de la importancia de quienes sí están, las fugas emiten demasiado ruido: Trevor Ariza encarnaba el modelo prototipo de jugador tremendamente útil ante los Warriors y también lo era Luc Mbah A Moute, otra deserción veraniega ardua de restañar. Tal perfil de alero versátil que en los cambios defensivos asumía defensas sin representar una compuerta de entrada al desastre (al estilo Brad Stevens) resultó clave la temporada pasada y en los partidos ante Golden State. Tipos como Ariza o A Moute hacían que las ventajas de los campeones fueran simplificadas, prácticamente inexistentes, por lo que los Warriors encontraban más empinado el camino para sacar rédito a través de la individualidad. Su papel defensivo era clave, sobre todo Ariza, pero también su aportación en ataque, como un arma más de largo alcance. Y para colmo, el arquitecto de la mejoría defensiva de Houston, Jeff Bzdelik, se ha jubilado y ya no forma parte del staff. También enfiló la rampa de salida Ryan Anderson, en una maniobra briosa para los presupuestos que supervisa Daryl Morey.

A cambio de Ariza y A Moute, llegaron Carmelo Anthony, James Ennis, Michael Carter-Williams, Brandon Knight o Marquese Chriss, entre otros. Grandes incorporaciones si el Larry O’Brien se dilucidase a golpe de metacarpo y con el NBA 2K como corte suprema, pero no tan rutilantes si se tiene en cuenta cómo llegan. Carmelo tendrá que adaptarse tras un año difícil en Oklahoma, aunque el imán que Harden y Chris Paul suponen para defensores contrarios le granjeará una plaza excepcional en Houston. Ennis cumplirá  y ayudará en defensa —sería el nuevo A Moute— pero luego la incógnita es en qué condición llegan Knight, base de nivel pero inédito por lesión el pasado curso, MCW, lejos de su Novato del Año 2014, y Chriss, la eterna promesa por descorchar tras un número 8 del Draft y ya dos temporadas completas en la liga.

Houston sigue siendo muy poderoso pero la pregunta que vale una temporada es cómo pueden meterle mano a Golden State; ahí la corteza de este equipo puede ser inferior a la del año pasado.

Nada más que las Finales de la NBA —y ya puestos, el anillo— dejará satisfechos a Houston Rockets 2018-19. El problema es que su némesis —Golden State les ha echado de los playoffs en tres de los últimos cuatro años— posee mejor plantilla que la última vez.

  • Temporada 2014-15: caen en las finales de conferencia ante Warriors (4-1).
  • Temporada 2015-16: caen en 1ª ronda ante Warriors (4-1).
  • Temporada 2016-17: caen en semifinales ante Spurs (4-2).
  • Temporada 2017-18: caen en finales de conferencia ante Warriors (4-3).

El camino a seguir —a las Finales— está claro. Primero, defender. Houston llegó a ser la segunda mejor defensa en los últimos tres meses de campaña regular (100,1 puntos cada cien posesiones), quedando sexto (103,8) en el cómputo global de la temporada. Adelanto definitivo si se tiene en cuenta que un año antes fue el 18º (106,4) y dos antes, 21º (105,6). La mejora defensiva es, entonces, vital en el salto de los Rockets. El ataque ya era religión de culto mayor, pero sazonado con una defensa de élite consiguió convertir al equipo de D’Antoni en el mejor de la regular season.

Su ataque siempre funciona, pues el pelotón de fusilamiento de los Rockets anotó 112,2 puntos cada cien posesiones la pasada temporada, solo superados, cómo no, por el enemigo de la Bahía. Desde lejos, Houston seguirá a modo de certamen de tiro con arco en categoría élfica. La pasada temporada fueron quienes más tiraban de tres (42,3 lanzamientos por partido) y quienes más metían (15,3). De locos considerando que el segundo que más miraba al hierro de lejos se movió casi siete (35,2) intentos por debajo. No tienen el mejor porcentaje pero sí meten los que más. Como ya es de sobra conocido, Houston renuncia a la media distancia y la mayoría de sus tiros intentados se concentran debajo de canasta o desde el triple; dilapidan por sistema la media distancia, la apuesta más cara en cuestión riesgo-efectividad.

Siguiendo con sus artes de tres puntos, la pasada temporada un 31,1 por ciento de sus aciertos triples llegaron tras jugada personal, muchas veces aclarado; y el 40,9 de sus intentos totales a canasta eran triples —eso es un maldito FESTIVAL—. Así que Carmelo Anthony ya está manando saliva con la de balones que podrá convertir en más o menos buena disposición abierta.

Seguirán bordándolo, pues, los Rockets en ataque y la clave de su rendimiento estará en la conjunción de las nuevas piezas al mismo nivel que rendían las que se han ido. Sobre todo en defensa. Pero Houston vivirá este año como un aspirante a selectividad, realmente se jugará todo el curso en una cita de pocos días, cuando tenga que jugar con el logotipo de la Bahía en mitad de la cancha. Todo lo que no sea derrotarles, será pinchar en hueso para el Entrenador del Año 2017-18 y su optimizada obra.

Su inagotable enemigo, los Warriors, no ha perdido caballos, sino que ha añadido más sementales al carruaje. La adquisición de DeMarcus Cousins deja un vestuario de dibujos animados pero, de mantener su defensa de élite, si alguien puede con ellos son los Rockets.

El jugador a seguir

A estas alturas nadie va a descubrir que el mayor o menor dominio de Houston depende de James Harden o Chris Paul; con su sobresaliente contamos por descontado. Sin embargo el acople de Carmelo Anthony y el resto de piezas que han llegado será el que mida el calibre de las balas de los Rockets. Como describimos más arriba, el verdadero termómetro del equipo de D’Antoni son los partidos ante los Warriors —quieren haberse diseñado para tales noches—, por lo que el desempeño de los nuevos ante el abusón de clase será definitorio de hasta dónde aguantan esta vez los Rockets.

Ni Carmelo es Ariza ni viceversa, pero, siendo un mejor jugador, Melo no es tan sumamente útil para este equipo como lo era Trevor. Eso es lo que tiene que corregir Anthony y en lo que va media temporada de Houston.

La previa de Drafteados

El pronóstico

Elio Martínez, director de nbamaniacs, dará un pronóstico personal y subjetivo sobre lo que cree que hará cada franquicia durante la temporada 2018-19.

Aunque las bajas sean notables a nivel de esquema, Houston sigue contando con pilares suficientes para mantenerse en lo más alto del Oeste durante todo el curso. La gran pregunta es si serán capaces de poder con los Warriors después de haber rozado la proeza hace poco más de 4 meses. Las modificaciones en la estructura de la plantilla indican que los Rockets van a sufrir más que el año pasado y que estarán cortos de efectivos para una eliminatoria contra Golden State si es que, como parece, terminan con uno de los dos mejores récords de la conferencia.

Anterior equipo analizado: Atlanta Hawks. Próximo equipo: New Orleans Pelicans.


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