Tyreke Evans: el factor X de Pelicans

Soy de los que en 2013, cuando los Pelicans juntaron en su disciplina a Tyreke Evans, Jrue Holiday, Eric Gordon y Anthony Davis, pensaba que a estas alturas la franquicia de Luisiana viviría en la élite del Oeste. No en vano se unían el mejor rookie del año anterior, un base que acababa de ser All-Star, un anotador compulsivo y un escolta todoterreno que, aun venido a menos, podía relanzar su carrera empezando de cero tras años difíciles en Sacramento.

Pues bien, estamos en 2017 y esa esperanza sigue siendo justo eso, una ilusión que no acaba de desarrollarse sobre el parqué. Sin entrar en motivos puramente técnicos –que los habrá– lo cierto es que las lesiones han lastrado cuatro años de siembra en los que sólo una temporada –la 2014-15– acabó dando brotes verdes con su única aparición en Playoffs del último lustro.

Es justo esa campaña, en la que cayeron en primera ronda contra los Warriors –la misma que Alvin Gentry cerró prometiendo a Anthony Davis que llegarían a unas Finales–, en la que se basa esta afirmación: Tyreke Evans es el factor X de los Pelicans.

¿Por qué? Lo explicamos. Este jugador formado en Memphis se encuentra en su cuarta temporada con New Orleans. En la primera no tuvo problemas de lesiones, disputó 72 partidos pero en sólo 22 de ellos fue titular. El equipo cerró el año con un balance de 34-48 que le dejó sin postemporada. A la siguiente, aún con Monty Williams en el banquillo, Evans pasó a formar parte del quinteto inicial (76 de 79 partidos) y el conjunto lo agradeció con un récord de 45-37.

Resumiendo: con Evans de inicio el equipo ganó 11 partidos más que el año anterior. Eso ocurrió sin que mediasen otras circunstancias de peso. Holiday realizó dos campañas casi calcadas, 34 y 40 partidos para 14,3 y 14,8 puntos respectivamente; y Anthony Davis también se mantuvo sano la mayor parte del tiempo.

Hasta aquí podemos decir que Evans influyó en ese paso al frente del equipo, pero es que aún más lo ha hecho en el retroceso vivido desde hace dos años. Con sus lesiones –lleva disputados sólo 38 partidos desde el inicio del curso 2015-16–, llegaron los problemas. El frío dato no deja lugar a dudas: con él en pista el récord desde hace dos campañas es de 18-20, mientras que sin él se dispara a un duro 28-57.

TemporadaRécord con EvansRécord sin Evans
2015-1611-1419-38
2016-177-69-19
Total18-2028-57

Es justo esta estadística la que me abre el apetito de verles por fin mostrando su máximo potencial. Davis está jugando a nivel MVP. Holiday está recuperando el toque tras una obligada ausencia por motivos familiares. Y Evans, ya sano, está a tiempo de reencontrarse con ese chico de Pensilvania que entró a la liga al paso de los mejores de la historia…

Del club del ’20-5-5′

… Sí. No exagero. Ha llovido desde entonces, pero sin duda fue de las mejores campañas que se recuerdan de un novato. Tyreke Evans, número 4 del draft del 2009, cerró su primer año en la NBA con 20,1 puntos, 5,3 rebotes y 5,8 asistencias; es decir, se unió al exclusivo club de rookies que debutaron haciendo al menos 20 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. Junto a él están únicamente Oscar Robertson, Michael Jordan y LeBron James. Palabras mayores que a finales de 2011 nos hacían colocarle entre los llamados a ser ‘superestrellas’ para esta década.

Partido para la esperanza

Es pronto para decir hasta qué punto será importante en la presente campaña –solo ha disputado 13 partidos con 17,1 minutos de promedio–; sin embargo, el encuentro jugado recientemente ante Brooklyn Nets, cerrado con 29 puntos en 28 minutos –no llegaba a tal suma desde el 14 de diciembre de 2014–, abre la puerta a volver a disfrutar de un jugador que lleva demasiado tiempo viviendo en un profundo sueño. Yo le digo: Evans, levántate y anda.


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