El verano de New Orleans Pelicans

La franquicia

El año 1 A.Z. (antes de Zion) acaba para dar paso al año 1 después de Davis. Pocas veces un proyecto moribundo encuentra tan rápidamente una figura con la que recuperar la esperanza, pero el milagroso pick 1 del Draft devolvió en seguida la ilusión a una franquicia sobre cuyo futuro empezaban a verse más sombras que luces. El prospect más llamativo de los últimos años aterriza en NOLA, y ahora depende de los Pelicans convertirlo en el MVP que muchos auguran. A priori, no parecen malas cartas para empezar la partida.

Movimientos

Como hay dos elefantes en la habitación, vamos a empezar por el que llega. Zion Williamson. Cuando el 14 de mayo se anunció que los Pelicans se llevaban la primera elección del Draft de 2019 no quedó ninguna duda de que sería el de Duke el elegido, aunque fue el día 20 de junio cuando se hizo oficial que sería Nueva Orlenas la ciudad que acogería su baloncesto, su hype, y su seguimiento mediático. Desde la franquicia no han tardado en quitarle presión de encima, y hacen bien, aunque eliminar por completo las casi irreales expectativas creadas a su alrededor resulta prácticamente imposible. Ayudarle a crecer y a gestionar todo lo que genera será sin duda una de las tareas más importantes de este curso.

Pero la llegada de Zion tuvo otra consecuencia. La salida de Anthony Davis debía darse sí o sí, pero a los de Luisiana no parecía contentarles ninguna de las ofertas. Si su superestrella se iba querían a cambio a un jugador que apuntase casi tan alto como La Ceja, y existía un cierto escepticismo con respecto a que los jóvenes ofrecidos por los Lakers tuviesen semejante potencial. No obstante, obtenido dicha (potencial) futura superestrella vía Draft, la oferta no parecía quedarse tan corta.

Así, Lonzo Ball, Brandon Ingran y Josh Hart acabaron en Nueva Orleans. El cambio de aires es especialmente positivo para Lonzo e Ingram, que llegaron a la NBA despertando mucha ilusión pero han sido devorados por la presión que supone jugar en los Lakers y denostados hasta un punto excesivo por los malos resultados del equipo. Ahora, en un proyecto con exigencias menos inmediatas, tienen por fin la opción de crecer algo más alejados de los focos. Si se acercan a lo que prometían antes de sus respectivos Draft, los Pelicans habrán armado un proyecto de lo más interesante.

Pero esto no es todo. Derrick Favors, con quien ya no contaban en Utah, se unió a la plantilla a cambio de dos segundas rondas, y J.J. Redick, por quien se desviviría más de un contender, eligió también a Nueva Orleans como destino en la agencia libre. Estos dos nombres terminaron de apuntalar un equipo que será más que respetable desde el primer día, lo que ayudará a los más jóvenes a crecer en un ambiente competitivo.

Fichajes frustrados

Si hay algo parecido a un fichaje frustrado en NOLA, no ha trascendido. Eligieron al rookie que todo el mundo quería, sacaron piezas jóvenes por Davis, se han movido bien en la agencia libre… Difícil encontrar un nombre que sacar a colación aquí.

Plantilla

Bases: Jrue Holiday, Lonzo Ball, Frank Jackson.

Escoltas: J.J. Redick, E’Twaun Moore, Josh Hart, Nickeil Alexander-Walker.

Aleros: Brandon Ingram, Darius Miller, Kenrich Williams.

Ala-pívots: Zion Williamson, Derrick Favors, Nicolò Melli.

Pívots: Jahlil Okafor, Jaxon Hayes.

Directiva y cuerpo técnico

Cuando David Griffin se convirtió en general manager de los Pelicans allá por el mes de abril se preveía que tendría un trabajo muy duro por delante. Sin embargo, el famoso pick 1 allanó notablemente el camino, estableciendo de la nada una ruta a seguir y una idea de proyecto más o menos clara centrada en la figura de Zion. A partir de ahí, el ex de los Cavaliers se movió de lujo, y logró confeccionar una plantilla bastante mejor de lo que cualquiera podría haber imaginado cuando llegó.

Dicha plantilla estará comandada por Alvin Gentry, que afronta su quinta temporada al frente del equipo. Tras quitarse de encima el peso del ‘Culebrón Davis’, el técnico podrá volver a trabajar con una cierta tranquilidad y sin condicionantes tan marcados, aunque ahora lo hará con vistas hacia el futuro. Durante el curso 17/18 alcanzó un éxito relativo al llegar a las semifinales de conferencia, pero ahora le toca demostrar que es el técnico ideal para encabezar el nuevo proyecto que dará este año sus primeros pasos.

Objetivos

Pese a que el hype que arrastra Zion desde hace meses se ha extendido ahora a todo el equipo, a los Pelicans les conviene ser cautos. La plantilla es ya bastante interesante y tiene un notable potencial competitivo, pero dicho potencial está en su mayoría por explotar y sería contraproducente exigirle que lo hiciera este año. Los objetivos, por tanto, deben estar más enfocados al futuro, aunque siempre desde la idea de competir e ir dejando buenas sensaciones. Un gran Zion coronado como ROY y una versión mejorada de Ingram y Lonzo serían una buena forma de empezar a crecer. Es más, si estos dos casos se dan y el resto de jugadores rinden como acostumbran, en Nueva Orleans podrán presumir de ser un señor equipo, pero, de nuevo, no es ahora cuando deben preocuparse por ello.

(Fotografía de portada: Ethan Miller/Getty Images)


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