Aldridge, disconforme con la delegación ‘spur’ en el All-Star Game

Los Golden State Warriors lideran el Oeste y la liga entera con un balance 46 victorias y 8 derrotas. San Antonio Spurs son segundos del Oeste —y de la liga entera— con sólo cinco triunfos menos, es decir, 41-13.

Y esta pequeña diferencia basta, sin embargo, para que los de Oakland disfruten de una representación de hasta cuatro jugadores en el inminente All-Star Game, mientras que los tejanos sólo contarán con uno. Y esto, a LaMarcus Aldridge, no le convence en absoluto.

Por GSW todo el quinteto inicial menos Pachulia; o lo que es lo mismo: Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson y Draymond Green. Los dos primeros como titulares, los otros dos suplentes, cortesía de afición, reporteros y entrenadores. Por parte del segundo mejor equipo de la liga, remitiéndonos exclusivamente a la clasificación, sólo un titular y cero en el banquillo: Kawhi Leonard.

Las, otrora, estrellas

Lejos quedan los años en los que el incombustible Big Three de Popovich aspiraba al completo al partido de las estrellas. Duncan retirado, Parker y Ginobili en declive. Fueron llegando nuevos para suavizar la mengua de los viejos. Pau Gasol, llegado este año, fue All-Star el año pasado y el anterior rejuveneciendo de manera impresionante con la camiseta de los Bulls. Nada que ver con su papel este año en San Antonio, de un rol mucho más secundario. Y el otro es Aldridge.

El ‘4’ titular de los Spurs, venía siendo socio del All-Star Game de manera ininterrumpida desde 2012. Cinco apariciones consecutivas después, se le ha cerrado el grifo. Y eso que Aldridge es la opción más inmediata a Leonard en el esquema ofensivo de los tejanos. Este curso, a sus 31 años, promedia 17,4 puntos, 7,4 rebotes y 1,1 puntos. Pero no ha sido suficiente. Para el triple distrito que elegía los mejores jugadores del momento, esta vez, LaMarcus no estaba entre los 12 del Oeste.

«Estoy mayor, y no me iré a casa molesto ni nada de eso», ha confesado Aldridge a The Vertical. «Pero pienso que está mal que Golden State tenga cuatro [All-Stars] y nosotros, que estamos solo unos partidos por detrás, solo tengamos uno. Pero así están las cosas. Así que voy a disfrutar este descanso y volver lo más fresco posible».

Un premio ¿individual o colectivo?

El dilema de siempre. ¿Premias a los mejores jugadores ignorando totalmente factores exógenos o debemos tener también en cuenta factores como el rendimiento del equipo, la posición en la clasificación y el impacto del cada jugador en los resultados?

Ahí tenemos el reciente caso de Atlanta, con cuatro All-Star. Un jugador como Kyle Korver, a pesar de su maravillosa muñeca de larga distancia, jamás habría sido miembro del show del domingo si no hubiese sido por el excepcional récord que reflejaba su equipo.

En esta ocasión no se da esa rareza de que un conjunto con dos superclases y morralla a su alrededor y mal récord en la tabla, cuente con dos representantes. Pero ahí están los Cavaliers, con tres en la proa (LeBron, Irving y Love) y una balance peor que San Antonio 37-16.

¿Se ha cometido una injusticia con los Spurs? Puede que tenga razón en esto LaMarcus. Lo que no puede cuestionar, sin embargo, es la criba de Golden State. Allí hay cuatro estrellas indiscutibles, y al espectáculo de la madrugada del 20 de febrero deben acudir las cuatro. Sin excepción.


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