Cuando los Heat se hicieron con Andre Iguodala allá por el mes de febrero, las expectativas con respecto a su incorporación eran enormes. El alero llevaba muchos meses en Memphis sin jugar a la espera de ser traspasado a un contender, y su llegada a Miami ponía al cuadro de Spoelstra en una posición de lo más interesante de cara a playoffs. Sin embargo, con el paso de los partidos y con la llegada de la postemporada, el papel de Iggy comenzaba a confirmarse como bastante más discreto de lo esperado.
Sin ser injustos con el alero, que no estaba jugando mal y que lleva años demostrando que rinde mucho más de lo que sus números dicen, no estaba siendo ni mucho menos el jugador por el que media liga suspiraba entre octubre y febrero. Pese a sus buenos tramos defensivos y a sus destellos en ataque, Crowder le había superado como hombre más importante del traspaso gracias a su enorme rendimiento, y en la serie ante Boston hubo varios partidos en los que Spoelstra no le dio ni siquiera 10 minutos sobre la pista, colocándole en un rol mucho más secundario de lo previsto. Lo que no convenía olvidar es que los grandes jugadores no aparecen tarde ni pronto. Aparecen exactamente cuando se lo proponen.
De triple en triple
Anoche, con sus Heat en el partido más importante de la franquicia en muchos años, Iguodala apareció, y lo hizo de la forma menos esperada. Con un 4/4 en triples, el alero logró terminar el partido con 15 puntos, su mejor anotación desde las pasadas Finales, confirmando esa innata habilidad de aparecer cuando más se le requiere que le ha convertido en una pieza tan valiosa. El ex de los Warriors sumaba solo 8 puntos y un 2/10 en triples en los cinco encuentros anteriores, pero supo despertar de su letargo para mandar a la lona a unos Celtics que soñaban con forzar un séptimo partido.
Esta no es ni mucho menos la primera vez que Andre tiene una aparición tan oportuna, y tampoco la primera vez que olvida el 33,3% de acierto con el que ha lanzado los triples durante toda su carrera para convertirse en un tirador tremendamente eficaz durante unos minutos. Sin ir más lejos, el año pasado anotó 5 triples a los Rockets en el decisivo Game 7 que los Warriors (sin Durant) se llevaron por tan solo cinco puntos, y fue también autor del triple que mató el segundo partido de las Finales ante los Raptors.
Con estas, Iguodala habrá disputado seis Finales consecutivas, y si bien haber sido parte de los históricos Warriors le ayuda a sumar tantas presencias nadie niega que ha sido parte fundamental de Golden State y que ahora lo es de Miami. Habrá que ver qué puede aportar ante estos imponentes Lakers, pero nadie duda de que tendrá momentos en los que recordará por qué tantos se pegaban por hacerse con sus servicios.
(Fotografía de portada: Kevin C. Cox/Getty Images)