Estaba deseando, y no ha podido contenerse más. El pensamiento de Bradley Beal escu(l)pido en palabras.
Boston derrotó a Washington en siete partidos y accedieron a las Finales de Conferencia, donde aguardaban desde hacía días los Cleveland Cavaliers. El escolta de los Wizards está convencido que en Ohio cruzaban los dedos porque fueran los Celtics y no ellos quienes se llevaran el Game 7 de la eliminatoria de semifinales.
«Cleveland no quería ni vernos. Siempre lo he dicho», ha expuesto Beal a CSN Mid-Atlantic. «Siento que esa es la razón por la que no se enfrentaron a nosotros en segunda ronda. No querían cruzarse con nosotros en segunda ronda. Si iban a caer, querían hacerlo en la final de conferencia. No querían caer en segunda ronda». Así de resoluto, convencido y un tanto presuntuoso —desde el sofá de su casa— se ha mostrado el shooting guard del equipo de la capital.
Un «mal necesario»
Con esto, Beal, no quiere decir solo que los Cavs están contentos de que hayan sido los Celtics finalmente sus rivales en la final de conferencia. No. Él habla de algo más: de un mini-tanking.
El tercio final de los Cavs en temporada regular fue malo. Lo suficiente para compensar lo muy bueno que habían sido los dos primeros tercios, y caer al segundo puesto del Este, por detrás de Boston. Una recta final mala y, por lo deducido de las declaraciones de Beal, planificada.
Aguantar todas las críticas recibidas y ceder el honorable liderato de su conferencia, bien merecía la pena si con ello podían evitar una ronda más a unos Wizards absolutamente lanzados en la segunda franja de la temporada. Ese es, al menos, el pensamiento que engrana en la mente del lanzador de Washington.
Sin entrar a valorar, un pequeño dato sin importancia. Los Wizards perdieron 1-2 en su nómina particular de enfrentamientos ante los Cavs en regular season.